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Operación Rikati, una estafa en apps que implica a los creadores de SeriesYonkis

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Hace algo más de un par de semanas, los creadores de SeriesYonkis volvieron a ocupar titulares, pero no para bien, sino por estar implicados en la Operación Rikati, una estafa millonaria llevada a cabo a través de varias apps para móviles con sistema operativo Android. En ella, según El Confidencial, hay varias empresas implicadas, como Monsan, y Billy Mobile, fundada por los responsables del portal de descargas mencionado.

Los participantes en la estafa destapada por la Operación Rikati, una de las más grandes de España realizada a través de envíos fraudulentos de SMS de tarificación especial a través de diversas aplicaciones, suscribían a los afectados a servicios de SMS Premium a través de diversas apps, aparentemente legítimas, que instalaban en sus smartphones sin que los afectados tuviesen conocimiento de lo que estaba sucediendo.

Estas apps, entre las que había linternas o listas de trucos para diversas aplicaciones, también se encargaban de realizar llamadas de teléfono automáticas a dos números de tarificación adicional, lo que hacían a altas horas de la madrugada, con el sonido bajo y la pantalla apagada, para evitar que los afectados se diesen cuenta. Sólo se daban cuenta de que algo sucedía con su factura telefónica, puesto que su coste se incrementaba debido a dichas llamadas y a los SMS premium de los servicios a los que, inadvertidamente, quedaban suscritos.

El Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) ha sido el encargado activar la Operación Rikati y desmantelar esta red, que ha afectado a más de un millón de usuarios, a los que ha ocasionado un daño cifrado en más de 30 millones de euros. Hasta ahora se han identificado 40 apps fraudulentas, a través de las cuales se ha realizado la estafa.

La Operación Rikati se inició después de que las operadoras de telefonía móvil pusiesen varias denuncias, dado que habían detectado un envío de SMS y de llamadas a varios números de teléfono, siempre los mismos, de sus clientes, lo que al parecer hacían de manera masiva. Como es lógico, y a raíz de consultar sus facturas, muchos afectados también se percataron de que había en ellas varias llamadas que no habían hecho, por lo que comenzaron a protestar y pusieron también en alerta a las operadoras. Pero hasta la detención de los cabecillas de la red, siete en total, y la desactivación de las apps, la red de estafas ha estado activa unos tres años y según fuentes de la investigación.

Se calcula que esta estafa ha afectado nada menos que a cerca de un millón de personas, que pagaron 1,5 euros por cada mensaje fraudulento, de los que mensualmente enviaban de media entre 20 y 25. Como consecuencia, la media de aumento de cada factura mensual de los afectados era de unos 30 euros.

Para ocultar su actividad, la red había creado sociedades fuera de España, y cuando cada aplicación conseguía los ingresos deseados, la retiraban del mercado. También lo hacían cuando recibían varias quejasPara que los estafados picasen e instalasen las apps, las aplicaciones fraudulentas utilizaban el nombre y los logos de otras conocidas. Además, las empresas que tomaban parte en la estafa las anunciaban en redes sociales y webs como gratuitas, para favorecer su instalación.

Los números de SMS Premium, 20 en total, y las dos líneas de tarificación adicional para la estafa los cedía un operador de telecomunicaciones con sede en Barcelona. Este operador ha resultado ser uno de los máximos responsables de los hechos, y se ha dedicado a facilitar, consentir e incluso ocultar su uso real a los organismos oficiales encargados del control de estos servicios.

Según fuentes de la investigación, las empresas dedicadas al desarrollo de las apps a través de las que se realizaba la estafa llevaban realizando estos hechos desde 2013, e interrumpieron en 2015. Estas compañías habían creado un entramado societario con más de 10 entidades en países como Luxemburgo, Andorra o Hong Kong, todos con importantes beneficios fiscales, o considerados directamente paraísos fiscales. Entre ellas estaba Crazy Networks, con sede en Hong Kong y creada por David Martínez y Jordi Tamargo, impulsores de SeriesYonkis y Billy Mobile, que se creó posteriormente a la fundación de Crazy Networks.

En el marco de la operación se han practicado 11 registros, en los que la Guardia Civil ha intervenido casi un millar de apps en distintas fases de desarrollo, así como datos de usuarios estafados y vehículos de alta gama. Además, han inmovilizado patrimonio por valor de varios millones de euros. Los registros se han hecho en los centros en los que operaba la red de estafadores, situados en las localidades barcelonesas de Sant Cugat y Mollét del Vallés, y en Santa Cruz de Tenerife. La operación sigue abierta, por lo que no se descartan nuevas detenciones en el futuro.

 

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