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IoT industrial: de la optimización a la transformación

Hablamos de Internet de las Cosas Industrial (IIoT) y del potencial de transformación que ofrece a las empresas.

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Internet de las Cosas (IoT) es una de las tecnologías con más potencial de impacto en nuestra sociedad, a medio y largo plazo. Son tantas las posibilidades que brinda la conectividad que, a estas alturas, vamos descubriendo poco a poco el sinfín de ideas que nos ofrece. Sin embargo, hay un área concreta en la que los avances se van produciendo mucho más rápido, hasta el punto de que las empresas que den el paso para incorporarla en sus negocios pueden experimentar una enorme mejora en sus procesos y resultados. Hablamos de Internet de las Cosas Industrial (IIoT) y del potencial de transformación que ofrece a las empresas.

Y es que, como recuerda HPE en este artículo, es cierto que IIoT puede ser visto como una forma de optimizar los procesos y modelos de negocio existentes, por ejemplo, logrando mayores niveles de automatización o evitando interrupciones con ayuda del mantenimiento predictivo. Sin embargo, IIoT debe ser más que eso.

Los nuevos modelos de negocios digitales han irrumpido en industrias como los medios de comunicación, el comercio minorista o el turismo, y lo mismo ocurrirá a medio plazo con industrias como la manufactura, los productos químicos o la energía. Así, debemos entender que, en su núcleo, IIoT no se trata de lograr algunos puntos porcentuales de eficiencia sino que consiste en qué compañías serán capaces de sacar partido al potencial de transformación que ofrece esta tecnología y, con ello, ganen una enorme ventaja competitiva con respecto a su competencia.

No es un cambio sencillo, eso desde luego, implica la introducción de nuevos procesos habilitados por datos en I+D, producción, marketing y ventas, nuevas formas de cooperación en la cadena de suministro, formas de creación y comercialización de productos y servicios… y todo ello respaldado por una arquitectura tecnológica que permita la interoperabilidad entre «cosas» que proporcionan información de manera constante.

Temor frente a los cambios

Es lógico que, ante un cambio tan trascendente, muchas organizaciones sienten temor, y más aún si hablamos de tecnologías tan novedosas y que por lo tanto no cuentan con el respaldo de haber sido ya adoptadas por gran parte del tejido empresarial. Para disipar las dudas en la medida de lo posible, HPE ha llevado a cabo una encuesta entre empresas que se han atrevido a dar el salto, compartiendo los resultados entre aquellas que estén estudiando el asunto. Lo más destacable es que, alrededor de la mitad de los proyectos del IIoT desarrollados durante los últimos 12 meses, cumplieron o superaron los objetivos previstos.

encuesta

¿Y cuáles son esos objetivos? Consultados a este respecto los participantes en el estudio de HPE, la mayoría (64%) afirmó buscar una mejora en la eficiencia. A continuación, con un 48%, cómo aumentar la flexibilidad (48%) y reducir el tiempo de llegada al mercado de nuevos productos, servicios, etcétera (35%). Como podemos ver, los principales objetivos apuntan, como indicábamos al principio, a la optimización. Esto significa que, aunque también hay organizaciones que ya vislumbran el potencial de transformación que ofrece IIoT, todavía son las menos y, por lo tanto, aquellas que decidan empezar a caminar ese sendero disfrutarán de una formidable ventaja estratégica.

Ahora bien, ¿qué ocurre con el resto?, es decir, ¿con las que no vieron sus objetivos cumplidos? Según los propios encuestados, coinciden la falta de habilidades y una cultura empresarial inadecuada, con un 38% en cada caso. Dicho de otra manera, el principal problema es que bastantes organizaciones todavía no están preparadas para el cambio, por lo que cuando este comienza a producirse, son incapaces de adaptarse.

Para tener éxito con IIoT es imprescindible una transformación de la compañía, cuyo aspecto central es que se necesitan nuevas habilidades y mentalidades, un desafío que, no obstante, ofrece muchísimas ventajas a quienes llevan a cabo el proceso. Y es que, una vez que entiendan que IIoT no es algo que se compre (como quien adquiere nuevos smartphones), sino una profunda transformación digital, las organizaciones podrán adaptarse a este nuevo paradigma, mejorar sus procesos y, sobre todo, convertirse en empresas del siglo XXI por pleno derecho.

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