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Aprobada la primera «pastilla digital» entre dudas por su respeto de la privacidad

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aprobada la primera pastilla digital entre dudas sobre privacidad

La tecnología sigue dando lugar a importantes avances en medicina. Para muestra, un botón: la administración nacional de alimentación y fármacos de Estados Unidos ha aprobado la primera «pastilla digital» del mundo. Se trata de una píldora fabricada con un sensor de cobre, magnesio y silicio (elementos que se encuentran habitualmente en ciertos alimentos) que puede informar a los médicos de si los pacientes se la toman, y de cuándo lo hacen. Para ello, el sensor genera una señal eléctrica cuando entra en contacto con los fluidos estomacales. Pasados unos minutos, un parche similar a una tirita que lleva el paciente detecta esta señal y envía el mensaje a una aplicación. Su aprobación marca un avance notable en el campo de los dispositivos encargados de comprobar la toma de medicamentos, de cara a gestionar el problema que supone que millones de personas no se tomen sus medicinas.

Según estiman varios expertos, el hecho de no seguir regularmente la medicación tiene unos costes de unos 100.000 millones de dólares solo en el país. La mayoría de estos gastos se deben a que, como los pacientes no toman sus medicinas, empeoran y requieren tratamientos adicionales, e incluso tienen que ser hospitalizado. Pero la aprobación de esta pastilla digital no está exenta de polémica. Según Ameet Sarpatwari, profesor de medicina en la Escuela Médica de Harvard, esta pastilla puede mejorar la salud pública. Especialmente en el caso de los pacientes que quieren tomar su medicación pero se olvidan. Pero también añade que «si no se usa correctamente, podría causar más desconfianza que confianza«.

Los pacientes que consientan en tomar esta medicina digital, que es una versión de un antipsicótico, pueden firmar formularios de consentimiento que permiten que no sólo sus médicos, sino que otras cuatro personas, entre las que pueden estar varios miembros de su familia, reciban un mensaje cada vez que toman una pastilla digital, en el que se indique el día y la hora de su ingesta. Los pacientes contarán con una app para su smartphone con la que podrán cambiar cuando quieran quiénes son los que recibirán esos mensajes. Ni aún así se despejan las dudas sobre la privacidad de los que toman este tipo de medicación. Los escépticos también alegan que los enfermos pueden sentirse presionados para tomar sus medicinas si su médico pueden controlarles.

Otro uso polémico que se puede dar a este tipo de medicación es hacer obligatorio su uso para obtener la libertad condicional por haber cometido ciertos delitos o para poder enviar a su domicilio a pacientes ingresados en instituciones psiquiátricas. Muchos de estos enfermos no se toman sus medicinas sin supervisión de manera regular, porque no les gustan los efectos secundarios que producen. Esto les acarrea consecuencias muy graves. Con este tipo de pastilla digital, se puede saber si siguen el tratamiento incluso a distancia.

Mientras, hay otras empresas que están ya desarrollando sus propias tecnologías de medicación digital. Entre ellas, un sensor que puede digerirse y una tecnología de reconocimiento visual que puede controlar si un paciente ha colocado una pastilla en su lengua y se la ha tragado. No todas necesitarán ser aprobadas por las entidades reguladores correspondiente. Algunas, de hecho, ya se están probando en enfermos con problemas cardíacos, sida, diabetes y otras patologías. Además de para controlar si los enfermos se toman sus pastillas, estas tecnologías podrían utilizarse para estudiar el uso que los enfermos hacen de determinados medicamentos, como los opiáceos, después de la cirugía. También para saber si los participantes en un ensayo clínico se toman correctamente la medicación que se está probando.

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