Estados Unidos mantiene una desastrosa guerra comercial a dos bandas

La guerra comercial que libra Estados Unidos con China es la que más atención está recibiendo por parte de los medios de comunicación, pero lo cierto es que la Administración Trump se encuentra embarcada también en otra cruzada contra la Unión Europea.

Ya os adelantamos en este artículo que las tensiones entre Europa y Estados Unidos van en aumento. Ninguno está dispuesto a ceder, y ambos tienen argumentos a su favor, pero lo realmente importante es que esa guerra comercial a dos bandas que afronta la Administración Trump podría acabar siendo desastrosa y desencadenar una nueva recesión económica a nivel internacional.

El tira y afloja que enfrenta a China y Estados Unidos se ha recrudecido recientemente y sus efectos se están dejando notar. Las importaciones de productos estadounidenses en el gigante asiático bajaron un 22% en agosto, y las exportaciones de China a dicho país bajaron también un 16% en dicho mes. La razón es simple y clara, las presiones de los gobiernos de ambos países y los aranceles impuestos a consecuencia de la guerra comercial.

En el caso de Europa la Administración Trump continúa con una estrategia que es, en muchos sentidos, casi como dispararse en el pié. El viejo continente es un mercado perfecto para los productos estadounidenses por el alto nivel adquisitivo de la mayoría de sus Estados miembros, y lo mismo ocurre a la inversa.

Mantener una guerra comercial con tantos frentes abiertos no es bueno para ninguno de los implicados, ya que afecta negativamente al crecimiento económico y hace planear, como dijimos, la sombra de una nueva recesión económica a nivel mundial, un desastre que podría llevarse por delante muchos puestos de trabajo y poner en la cuerda floja a muchas empresas.

Siendo positivos podemos decir que está claro que ninguna de las partes afectadas se encuentra cómoda con esta situación, y hemos visto signos claros que confirman que desean ponerle fin cuanto antes. Sin embargo, hay un problema importante, y es que ni China, ni Estados Unidos ni Europa están dispuestos a hacer concesiones, y esto complica mucho las negociaciones.