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Greenpeace acusa: Microsoft, AWS y Google, al servicio del lobby energético

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Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud. Además de ser las tres compañías más importantes en el sector del cloud computing, son tres de las empresas que Greenpeace ha puesto en su punto de mira. ¿El motivo? Su colaboración con grandes compañías de extracción de gas y petróleo, responsables según la ONG, de contribuir de forma significativa al calentamiento global.

Así lo refleja la ONG en un reciente informe, en el que asegura que las tres multinacionales estarían poniendo sus capacidades de machine learning e Inteligencia Artificial, a disposición de las grandes energéticas en su carrera para descubrir nuevos recursos naturales que explotar.

En la que es la principal conclusión de su estudio, la organización asegura que «aunque es difícil aislar el impacto específico de la computación en nube y la IA en los niveles de producción, es evidente que estas nuevas tecnologías de la información desempeñarán un papel clave en su expansión. Accenture ha estimado que la analítica avanzada y la modelización podrían generar hasta 425 mil millones de dólares en valor para el sector del petróleo y el gas para el año 2025. Encontramos que las tecnologías de IA podrían aumentar los niveles de producción hasta en un 5%».

Al mismo tiempo, Greenpeace ha criticado las supuestas buenas intenciones de estos tres gigantes de declarase en un futuro, neutras en emisiones contaminantes: «las capacidades de IA que facilitan a las compañías petroleras encontrar y producir petróleo, representan una pérdida evidente para el clima. Sin embargo, la contaminación provocada por el uso de estas tecnologías avanzadas, difícilmente se va a reflejar en la huella de carbono de las empresas tecnológicas».

Microsoft la que más contamina, Google la única que se «arrepiente»

De las tres grandes corporaciones, Microsoft es la que sale peor parada. Así, de los de Redmond, Greenpeace asegura que es la que más contratos ha firmado con el sector petrolero, especialmente a la hora de poner en marcha sus capacidades de Inteligencia Artificial sobre el terreno. Sin medias tintas, denuncia públicamente que el acuerdo de Microsoft con ExxonMobil debería incrementar la huella de carbono de la multinacional tecnológica en más de un 20%.

De Amazon asegura que tiene contratos en las fases intermedias y finales de la producción de petróleo, centrándose en la gestión de los oleoductos, el transporte marítimo y el almacenamiento de crudo. Sus capacidades de IA habrían comenzado a utilizarse recientemente para explotar los yacimientos de forma más eficiente.

La organización sin embargo se muestra algo más benevolente con Google. Y es que unos días antes de la publicación oficial del documento, los de Mountain View declararon de forma pública que no dejarían de desarrollar «algoritmos personalizados AI/ML que faciliten la extracción de petróleo y gas». Pero aunque la ONG reconoce que con esta decisión la tecnológica da un paso en la buena dirección, «todavía tiene que dar cuenta de su actual participación con las compañías de petróleo y gas, y comprometerse públicamente a reducir estos contratos.»

Lo cierto es que tanto Microsoft como Amazon patrocinaron encuentros para la industria petrolera en 2019. Y hasta hace relativamente poco, las tres compañías disponían de secciones específicas para «petróleo y gas» en su portfolio público de oferta cloud, promocionando en este sentido capacidades de machine learning para el hallazgo de nuevos recursos.

La nube se defiende

Preguntado por este asunto por Ars Technica, Amazon ha defendido su derecho ha mantener relaciones comerciales con este sector industrial. Así, un representante de AWS ha afirmado que «la industria energética debería tener acceso a las mismas tecnologías que otros sectores. Seguiremos proporcionando servicios de nube a las empresas de la industria energética para que sus negocios sean menos intensivos en carbono y les ayuden a acelerar el desarrollo de energías renovables».

Por su parte, Microsoft ha publicado un artículo en su blog corporativo en el que indican que están de acuerdo en que «el mundo se enfrenta a un problema urgente de carbono y todos debemos hacer más y movernos más rápido para alcanzar un futuro de cero carbono neto».

Sin embargo aseguran, «la realidad es que la energía del mundo proviene actualmente de los combustibles fósiles y, a medida que mejore el nivel de vida en todo el mundo, el mundo requerirá aún más energía. Eso hace que la realización de un futuro de cero carbono sea una de las transiciones más complejas de la historia de la humanidad».

Finalmente insisten en su voluntad de que su huella de carbono sea negativa para el año 2030 y se muestran expectantes ante «el creciente número de compromisos del sector energético para la transición a una energía más limpia y la reducción de las emisiones de carbono».

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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