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Todo lo que un CEO necesita saber sobre el metaverso y no se atreve a preguntar

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Todo lo que un CEO necesita saber sobre el metaverso y no se atreve a preguntar

Últimamente, parece que el metaverso esté por todas partes. No solo todo el mundo habla sobre él, sino que muchas empresas lo consideran como una de las tecnologías punteras del futuro. No a largo plazo, sino a medio. Otras, como Meta, están apostando muy fuerte por su desarrollo. Pero en general, el desconocimiento de lo que va a ser realmente, sus atractivos, puntos positivos y puntos negativos siguen siendo un misterio para la mayoría de compañía y sus directivos. Especialmente para los que tienen que tomar las decisiones más importantes para su futuro: los CEOs.

Muchos ven con asombro cómo se han disparado las inversiones en el metaverso en los últimos meses. Así, en 2022, muchas compañías de videojuegos están invirtiendo en el metaverso. También lo están haciendo tecnológicas como Meta, que ha prometido invertir un mínimo de 10.000 millones de dólares al año en su desarrollo. Los fondos de inversión, incluso los más pequeños, también están dando pasos para no quedarse sin su trozo del pastel, lo que el año pasado les llevó a invertir en compañías con proyectos relacionados con el Metaverso entre 12.000 y 14.000 millones de dólares.

Pero estos movimientos no convencen a muchos CEOs y directivos de empresas, por varios motivos. El principal es que no conocen exactamente qué es el metaverso ni lo que implica. Y aunque lo sepan, tampoco están seguros de si es una gran oportunidad o un gran riesgo. A estas dudas también contribuye escuchar a los accionistas de las empresas que apuestan por el metaverso pedir explicaciones sobre cuándo pueden esperar la llegada de resultados tangibles de las inversiones realizadas.

Las oportunidades para quienes se adentren en el metaverso son muy grandes, y las empresas que están inmersas en su desarrollo lo consideran la siguiente fase de Internet. Pero con una tecnología tan grande y con tanto alcance, y que engloba tantos avances, tal como pasa con la Inteligencia Artificial, el potencial que tiene para crecer es enorme. Tanto, que según un informe de McKinsey, el metaverso podría generar entre 4 y 5 billones de dólares para 2030.

Pero como todas las oportunidades, el metaverso también tiene sus riesgos. En principio, estas no tienen nada que ver con los criptoactivos ni con los NFTs. Son tecnologías Web3, y se suelen relacionar con el metaverso, pero no responden exactamente al mismo fin, ni son parecidos. Por lo tanto, no tienen que ser una distracción de los principales riesgos. De hecho, el mayor es quedarse fuera de la ola de cambio que pueden desencadenar tecnologías como el metaverso, y la Inteligencia Artificial, o como la que ocasionó la llegada de Internet en su día.

De hecho, alrededor del 95% de los responsables de empresas esperan que el metaverso tenga un impacto positivo en su sector en un plazo de entre cinco y diez años. Otro 61% esperan que cambie la manera de funcionar que tiene su sector. Por tanto, hay motivos para ser optimistas, y factores que sugieren que es un tema en el que los CEOs tiene que implicarse. Pero también hay obstáculos que tendrán que superar si quieren aprovechar todo su potencial.

Las razones que invitan al optimismo sobre el metaverso

Hace algo más de medio año, en junio pasado, las estimaciones sobre el valor de mercado del metaverso estaban entre los 200.000 y los 300.000 millones de dólares. Ahora vale más, y se calcula que en unos ocho años su valor de mercado podría llegar a ser de entre 4 y 5 billones de dólares. Es decir, que si todo sale según lo previsto, su valor de mercado será el equivalente al de toda la economía de Japón.

Este crecimiento exponencial, lejos de parecer imposible, es factible gracias a la concurrencia de varios factores: atrae por igual a gentes de todo tipo, género y generación; los consumidores han mostrado que están listos para invertir en activos del metaverso; la gente está abierta a adoptar nuevas tecnologías: las empresas están invirtiendo con fuerza en la infraestructura; y las marcas experimentando con el metaverso descubren que a sus clients les gusta lo que hacen.

Su escala, sin duda, atrae la atención de los CEO. Las grandes cantidades que se están invirtiendo en el metaverso son enormes. Hablamos ya no de cientos de miles de millones, sino de billones de cara al futuro. También en varios billones se cifra el valor de su mercado a medio plazo. Sus cifras son tan grandes porque el metaverso es lo que podríamos llamar una tecnología combinatoria: combina elementos de muchas de las principales tecnologías que consultoras como McKinsey identificaron ya en 2022 como las más prometedoras para el futuro. Entre ellas están la Inteligencia Artificial, la realidad inmersiva, la conectividad avanzada, y la Web3.

Por esto es principalmente por lo que los CEOs deberían interesarse por él. Otra es que el metaverso tendrá implicaciones para distintas áreas y divisiones de una empresa. El CEO es el integrador de todas, y quien puede dirigir los recursos de la empresa para dar una respuesta coherente y centrada en el valor. Y con el apoyo del CEO, hay menos probabilidades de que, si es de interés para la empresa, el metaverso se quede estancado en una eterna fase de pruebas piloto.

Dos posibles casos de uso para el metaverso

Aunque el metaverso prometa mucho, si no hay casos de uso claros para él a medio plazo, para muchas empresas no pasará de ser una tecnología que seguir atentamente, pero desde la barrera. A largo plazo, las oportunidades están claras: ofrecer a los consumidores una experiencia de compra en el metaverso, ya que es muy probable que se convierta en un canal de comercio electrónico en 3D de primer nivel, además de en un canal para disfrutar de ocio multimedia. Pero eso es a largo plazo, como hemos mencionado.

Pero no hay por qué esperar tanto tiempo para tener casos de uso a mano. Por suerte para las compañías interesadas, ya los hay, y muy claros. Los dos más definidos y destacados a corto plazo son el marketing de marca y el aumento de la interacción con el consumidor, en el mundo del B2C; y los gemelos digitales, en el B2B.

En el primer caso, muchas empresas ya han añadido el metaverso a su mix de marketing omnicanal, y ya cuentan con presencia en mundos virtuales. Lo han hecho empresas y marcas como Roblox, Fortnite y Sandbox. Algunas ya están teniendo éxito.

Nike ha tenido más de 26 millones de visitantes ya en su espacio en Roblox, Nikeland, y ha vendido NFTs de zapatillas virtuales y productos similares por valor de unos 185 millones de dólares. Además, su división digital ha triplicado sus ingresos hasta superar los 10.000 millones de dólares, cerca de la cuarta parte de los totales de la empresa.

Mientras tanto, las empresas en el metaverso ya están explorando la siguiente ola de oportunidades disponibles. Entre ellas, la gamificación a través de programas de recompensas y juegos, las realidad virtual y la realidad aumentada. Amazon ha añadido funciones de realidad aumentada a sus apps, e IKEA hace algo parecido con la suya, permitiendo a sus clientes desarrollar un escenario 3D de sus viviendas con herramientas de realidad aumentada.

En cuanto a los gemelos digitales, se basan en el metaverso en que en este entorno, cualquier proceso, persona o activo del mundo real se pueden replicar, y conectar. Por eso, casi todas las tareas y trabajos se pueden hacer en un universo digital antes de que se hagan en el mundo real.

Al desarrollar gemelos digitales, que son réplicas virtuales de objetos y configuraciones físicas, en el metaverso, se generan datos en tiempo real. Estos datos se pueden analizar y conseguir mejorar la toma de decisiones con respecto a los originales del mundo real. Entre las compañías que ya han desarrollado gemelos digitales están BMW, Renault o Hyundai.

Poco a poco van además apareciendo más casos de uso. Uno de ellos es la formación de empleados cuando llegan nuevos a una empresa a través de Realidad virtual. Seguro que no es el único que aparece y se extiende a corto plazo.

Todavía queda mucho por hacer

A pesar de que hay ya ciertos casos de uso, todavía hay muchos escépticos, que alertan de que todavía queda tiempo hasta que el metaverso tenga desarrollado todo su potencial comercial. Tal como ha sucedido, efectivamente, con muchas otras tecnologías disruptivas antes de ahora. La Inteligencia Artificial es una de ellas, y a pesar de que empezó a despuntar hace ya algunos años, muchos expertos y analistas creen que todavía no ha desarrollado todo su potencial. Los vehículos autónomos son otra.

Por eso no resulta extraño que muchos crean que con el metaverso va a pasar más o menos lo mismo: que todavía falta mucho para que llegue a su máxima expresión. Está claro que todavía faltan años para ello, pero eso no es motivo para no prepararse para cuando llegue. Los cambios que de verdad tienen impacto, como la web o las redes sociales, no producen cambios de un día para otro. Llevan años, y son el resultado de la acumulación de avances tecnológicos incrementales, de la evolución de la demanda de los consumidores, y de diversos ciclos de experimentación. Más o menos lo que debe afrontar el metaverso.

En este momento, la audiencia del metaverso son principalmente expertos en tecnología y gamers. Para que avance, tienen que acceder a él más tipos de personas. Además, la tecnología no está lista todavía para dar soporte a escala al metaverso. Se necesitan avances en 5G, computación en el edge, hardware y software; que ya están en marcha. Muchas transacciones en el metaverso se hacen en criptomonedas, lo que frena a muchos, y además hay muchos metaversos distintos, como Roblox o Sandbox. Queda aún mucho para una integración total del metaverso.

Lo que los CEOs pueden hacer ya

A tenor de lo mencionado, tanto los optimistas como los escépticos tienen pruebas sólidas para apoyar sus opiniones sobre el metaverso. Pero por el momento, la balanza se inclina ligeramente a favor de los optimistas. Un 71% de las 79 mayores empresas de consumo del mundo ya cuentan con presencia en el metaverso de alguna manera. El resto están valorando los riesgos de que su despegue les pille sin un plan.

Mientras tanto, las empresas de otros sectores están observando con detalle lo que sucede en torno al metaverso, y también haciendo planes. De hecho, hay muy pocos a los que el metaverso no les va siquiera a rozar. Eso sí, el actual puede parecer un momento extraño en lo económico para invertir en el metaverso, aunque sea poco. Pero McKinsey plantea que en un ciclo bajista, las empresas que ajustan su economía e invierten en crecimiento consiguen posiciones de dominio en el siguiente ciclo.

El plan para el metaverso, por tanto, dependerá del sector en el que opere cada empresa. Tiene más potencial, eso sí, en sectores como la banca, la manufactura, los medios, los servicios profesionales, el retail y las telecomunicaciones. Los CEOs de empresas de estos sectores podrían valorar dar pasos más seguros que los de otros distintos. Pero aun así, los CEOs de cualquier sector pueden tomar tres medidas para asegurarse de no perder el tren, y de situar a sus empresas bien de cara a un despegue del mertaverso.

Las tres preguntas que tiene que hacerse un CEO sobre el metaverso

El primero de esos pasos es, sencillamente, preguntarse por qué. Es decir, preguntarse cómo pueden encajar el metaverso en la agenda y la estrategia de innovación y crecimiento de la compañía. Los CEOs necesitan descubrir cómo integrar el metaverso en su modelo de negocio actual, y qué quieren hacer sus clientes en el metaverso. Eso sí, esto no implica en ningún caso la modificación de los objetivos principales de la empresa para adaptarse al metaverso.

Además de el cómo, los CEOs deben preguntarse también el qué. Es decir, decidir qué es lo que quieren que la empresa haga en el metaverso. Para ello necesitan identificar y priorizar casos de uso prácticos que cuadren con la estrategia de la empresa. Una vez hecho esto, tienen que desarrollar los conceptos, los casos de uso y las hojas de ruta para ellos. Y los CEOs tienen que hacerlo con la misma exhaustividad y seriedad que emplean para otras cosas. No como un pasatiempo. Si creen que es un esfuerzo que tienen que hacer en serio, el escepticismo que pueden encontrar en sus organizaciones se irá disipando.

Pero además, los CEOs tienen que hacerse una tercera pregunta: cómo. El CEO puede tener la visión y elegir a los que serán los responsables de cada caso de uso e iniciativa. Estos se pueden encargar de tomar las iniciativas que consideren que están más integradas en sus agendas. También puede tener sentido que una persona se encargue de todo lo relacionado con las distintas funciones a realizar. De hecho, hay algunas compañías que cuentan con la figura del Responsable del metaverso, que normalmente responde de su actividad ante el CEO.

Por otro lado, puede que los CEOs tengan que valorar el modelo de operaciones y el equipo y configuración que necesitan para poner en marcha proyectos e iniciativas relacionadas con el metaverso. Hay empresas que querrán asociarse con proveedores especialistas en el hardware, software y servicios de desarrollo necesarios para su desarrollo. Por ejemplo, diseño de realidad virtual o motores de juegos. La prueba y el aprendizaje, y hacer las preguntas adecuadas en cada paso, son esenciales para cubrir los huecos entre expectativas y resultados.

El metaverso ofrece muchas oportunidades para escapar, al menos por un rato, de las preocupaciones y dificultades del mundo real. Eso es probablemente parte de su atractivo para millones de clientes que ya se están interesando por sus primeras manifestaciones. Los CEOs tienen aquí un papel principal: llegar a sus clientes donde estén, tanto en el mundo real como en el virtual. Y el metaverso puede ayudarles a acercarse más a ellos.

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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