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Desarrollan el primer chip completamente comestible
Investigadores italianos y serbios acaban de anunciar el desarrollo del que probablemente sea el primer transistor completamente comestible y que según aseguran, podría en el futuro jugar un papel vital para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales.
Construido en una aleación de cobre y ftalociosina (el mismo componente que se utiliza como blanqueador en la pasta de dientes), el nuevo «dispositivo» tiene las propiedades necesarias para poder ser utilizado como una suerte de semiconductor orgánico y su consumo sería completamente seguro para los seres humanos. Una vez ingerido, esta micro-cápsula puede mantenerse activa y estable en el interior de un organismo durante más de un año y funcionar como un transistor electrolítico que opera a menos de 1 voltio.
Tal y como han explicado los investigadores, al lavarse los dientes una persona ingiere aproximadamente 1mg de CuPC (la formulación química de este compuesto) mientras se cepilla dos veces al día, lo que es 12.500 veces más que los tan solo 80 nanogramos que se necesitan para construir un solo chip.
Actualmente, los médicos ya cuentan para sus pruebas con la que se conoce como cápsula endoscópica, una pequeña cápsula que incorpora una cámara inalámbrica y que, al viajar por el tracto digestivo, envía cientos de imágenes a una grabadora que se coloca alrededor de la cintura, permitiendo entre otras cosas diagnosticar enfermedades inflamatorias intestinales, observar el esófago o encontrar la causa del sangrado en el intestino delgado.
Pese a sus muchas ventajas, este no deja de ser sin embargo un procedimiento que ha de realizarse bajo una estricta supervisión médica, siendo además un procedimiento exclusivamente visual, ya que el único sensor que incorpora es el de la propia cámara.
Sin embargo, explican los investigadores a cargo de este proyecto, con un transistor comestible los bioingenieros podrían desarrollar un dispositivo médico que incorporase sensores para detectar niveles de enzimas y otras funciones químicas. Y dado que son dispositivos comestibles que representan poco o ningún riesgo para su salud, podrían ingerirse fácilmente sin necesidad de preparación y supervisión médica, lo que los hace muy interesantes no solo para el tratamiento de un problema, sino también para el diagnóstico preventivo, llegando a poder automatizar un futuro tratamiento médico.
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