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Samsung SDI no levanta cabeza

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Semanas después del estallido de la crisis del Galaxy Note7, parece que Samsung va dejando atrás sus efectos, y el valor de sus acciones apenas ha bajado durante la crisis. Pero no todas sus filiales están saliendo airosas de la situación. La que peor parte se ha llevado es su división de baterías, Samsung SDI, que sigue despertando suspicacias a pesar de la intensa labor de marketing que está llevando a cabo para con sus clientes, insistiendo que son seguras.

Samsung Electronics echó la culpa del problema del sobrecalentamiento de los terminales a las baterías sin pensárselo mucho, lo que ha minado la imagen de la división. A pesar que desde entonces la compañía ha profundizado en sus investigaciones para tratar de concretar más la causa del problema del Note7, las dudas no han cesado. Puede que no se deba a las baterías de SDI, porque las que utilizó en la primera oleada de recambios de terminales para sustituir a las de su filial, fabricadas por Amperex, también seguían sobrecalentándose y explotando. Pero a pesar de anunciarlo, SDI no ha levantado cabeza.

El daño ya estaba hecho. Desde el comienzo de la crisis, la división ha perdido la quinta parte de su valor de mercado, aparte de que sus pérdidas operativas del tercer trimestre van a ser mucho mayores que las del mismo periodo del año pasado, concretamente más del doble. Además, le cuesta conseguir nuevos clientes, dado que las compañías sin experiencia en el uso de sus baterías parecen más difíciles de convencer de que las unidades que fabrica SDI no tienen ningún problema.

Diversificación del negocio

Eso no es todo, ya que el problema ha llegado en un momento en el que SDI está intentando diversificar su gama de productos, por lo que puede que se acentúe en el futuro si no logra desligarse de la imagen de baterías que se sobrecalientan y explotan que hemos visto en varias unidades del Note7. En este momento, Samsung SDI está apostando por el desarrollo de baterías para coches eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía procedente de fuentes renovables.

Según declaraciones de un empleado de la división que intervino en el desarrollo de las baterías del Note7 y que ha recogido Reuters, «desde la primera retirada hemos tenido muchas preguntas de nuestros clientes, incluido Apple, que preguntan si las baterías que utilizan en sus productos son seguras. Nosotros también nos preguntamos si deberíamos haber fabricado las del Note7 como lo hicimos, o si podrían haber existido otrs sistemas mejores«.

Samsung pidió a SDI que integrase nuevos materiales y tecnologías a la hora de fabricar las baterías en cuestión, con un sexto más de capacidad que las del modelo anterior, y en SDI se arrepienten de ello. Según un ingeniero que participó en su desarrollo, «nos centramos en aumentar la capacidad de la batería, lo que ha podido ser una desventaja de cara a la fiabilidad«.

SDI ha asegurado que este problema está limitado exclusivamente al Note7, y ha llevado a cabo pruebas de fiabilidad en productos de sus principales clientes sin encontrar ningún fallo. Además, ha puesto en marcha grupos encargados de mejorar la seguridad de los productos. También ha autorizado a sus clientes a comprobar las baterías, lo que ha implicado un retraso temporal en los envíos a un par de ellos. Su CFO, Kim Hong-gyeong, ha asegurado que ponen la máxima prioridad en la fiabilidad de las mismas, pero según varios analistas, los efectos de esta crisis para SDI pueden ser duraderos.

Así, según S. R. Kwon, de Dongbu Securities, «esto tendrá más impacto en los nuevos clientes que en los que tiene ahora. SDI puede ofrecer seguridad a sus clientes actuales, pero lo sucedido podría ser un factor negativo para la compañía a la hora de atraer nuevos«. Samsung, que cuenta actualmente con la cuarta parte del mercado de baterías para dispositivos de pequeño tamaño, ya tenía sus propios problemas antes de que saltase esta crisis por la ralentización en las ventas de smartphones, y su diversificación se ha visto salpicada por culpa del Note7. Además, tampoco ha sido capaz de conseguir una certificación en China para fabricar baterías para los coches eléctricos fabricados allí. Veremos qué depara el futuro para la empresa, aunque por ahora no parece muy prometedor.

Foto: Raymond Spekking

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