Donald Trump tiene un (serio) problema con la ciberseguridad

La situación de Donald Trump es, sin lugar a dudas, entre crítica y vergonzante. Sus constantes cambios, errores, enfrentamientos… estoy convencido, y lo digo muy en serio, de que el multimillonario ya se ha debido arrepentir en más de una ocasión de haber abandonado su cómodo estatus de celebrity de vida licenciosa, y haberlo cambiado por las responsabilidades a las que se enfrenta siempre el inquilino del 1.600 de la avenida Pensilvania. Cuesta poco imaginar que, en un primer momento, su carrera hacia el despacho oval fue más una bravata que una apuesta real. Sin embargo, algo se torció por el camino y, lo que parecía solo una excentricidad más del polémico millonario, se ha convertido en una presidencia que no deja de dar titulares, que desgraciadamente tienden a ser bastante críticos.

Y lo son en todos los campos, desde su política exterior (parece querer dejar a Ronald Reagan como un hippie pacifista, con las amenazas constantes de intervenir militarmente aquí y allá) hasta su anunciado fracaso en la eliminación del Ocamacare, pasando por los constantes cambios en su gabinete, no hay una semana tranquila en la administración Trump. Y uno de los últimos problemas a los que se ha tenido que enfrentar es a la salida de buena parte de los miembros del comité que, de manera infructuosa, pretendían asesorar al presidente sobre ciberseguridad. En concreto, según informa Engadget, ocho de los 28 miembros de dicho grupo, han decidido dejar de formar parte del mismo.

Según la carta de dimisión firmada por los asesores salientes, el presidente no concede a los problemas relacionados con la ciberseguridad la importancia que, según ellos, sí que merece. En el texto, dirigido al mandatario, llegan a afirmar, «usted ha prestado una atención insuficiente a las crecientes amenazas a los sistemas críticos de los que dependen todos los estadounidenses, incluyendo los que afectan a los sistemas que apoyan nuestro proceso electoral democrático«. Una acusación que resulta totalmente imposible no relacionar con las acusaciones de interferencias en las pasadas elecciones presidenciales.

Además, los expertos también se mostraron decepcionados por la actitud de Trump frente a la intolerancia y la violencia de los grupos de odio, que campan a sus anchas por Internet, y que recientemente han alcanzado un punto crítico con los terribles sucesos de Charlottesville. La tibia respuesta del presidente, equiparando a ambas partes en el conflicto ya obtuvo una contundente respuesta por parte de aquellos que no pudieron entender su equidistancia con respecto a ambas partes, y ahora se ha convertido en otra razón de peso para que parte de sus asesores renuncien a formar parte de su equipo.