Los smartphone y dispositivos 5G se ven retrasados hasta 2021

Parece que la llegada de los dispositivos finales habilitados para el uso de redes 5G, incluidos los teléfonos inteligentes, CPE’s (de sus siglas en inglés, Equipo local del cliente), y otros dispositivos Wi-Fi, va a ser algo improbable para los próximos años.

Así pues, según los datos estimados publicados por la web Digitimes, se prevé que este tipo de dispositivos no se pueda distribuir a gran escala hasta el próximo 2021. Y es que, pese a que los envíos iniciales darán comienzo durante el 2019, estaríamos hablando de un volumen de apenas un millón de unidades a nivel mundial.

De igual manera, se prevé que los envíos de estos nuevos teléfonos inteligentes supondrán hasta un 97% del total de dispositivos 5G enviados, así como un 18% de los envíos mundiales de teléfonos inteligentes para 2022.

La primera ola de redes y dispositivos 5G se ha clasificado como «No autónoma» (o NSA), lo que significa que las redes serán compatibles con la infraestructura 4G existente. Aquí, los teléfonos inteligentes habilitados se conectarán a las frecuencias 5G para mejorar el rendimiento de los datos, pero seguirán usando 4G para otras tareas como la comunicación con las torres de telefonía o los servidores.

Operando en este entorno de pruebas de menos de 6 GHz en redes NSA, los teléfonos inteligentes 5G aún deben optimizar sus estructuras, costes, la modularización de los componentes de radiofrecuencias (RF), y ejecutar una solución SoC para chips de banda base 4G/5G.

Dado que los teléfonos inteligentes 5G son compatibles con la transmisión de ondas milimétricas (mmWave), las cuales están sujetas a los límites de su longitud de onda más corta y son susceptibles a la influencia de obstáculos.

Esto supone nuevas barreras tecnológicas para su producción, ya que los teléfonos inteligentes 5G necesitarán configurar de cuatro a ocho grupos de antenas para mejorar sus capacidades de recepción, incidiendo en su posible tamaño y el consumo de energía.