Libra, la criptodivisa de Facebook, llegará en enero, pero con un enfoque menos ambicioso

Facebook lleva un tiempo trabajando en adaptar su criptodivisa Libra a las exigencias de los entes reguladores más importantes. No lo ha tenido nada fácil, y es comprensible, no solo porque dicha moneda se ha visto salpicada por la mala fama de otras criptodivisas como el Bitcoin, por ejemplo, sino porque, en el fondo, el historial de Facebook en materia de privacidad y de seguridad no es precisamente bueno.

Para poder sacar adelante su proyecto, Facebook formó la Asociación Libra, y planteó esta moneda como una criptodivisa que superaría los problemas más importantes que se asocian actualmente a este tipo de monedas digitales, entre los que podemos destacar:

• La ausencia de control y el anonimato de los pagos, algo que ha permitido que se utilicen para realizar operaciones delictivas y para apoyar a organizaciones criminales.
• Su alta volatilidad, que se ha dejado notar de forma clara en la primera burbuja del Bitcoin, que elevó su valor hasta la barrera de los 20.000 dólares y luego la hundió hasta los 3.200 dólares.
• La falta de seguridad que genera la ausencia de un Estado, o de un ente fiable, que respalde una criptodivisa.

Lo que Facebook plantea con libra es simple, una criptodivisa que combine lo mejor de este tipo de monedas con algunas de las ventajas del dinero tradicional: control de los pagos, valor estable y respaldo para darle una fiabilidad total. Sobre el papel suena bien, pero la compañía de Marck Zuckerberg no logró convencer a los países más importantes del mundo, y acabó en una encrucijada de difícil salida.

Ahora, gracias a una información que nos ha dejado Reuters, hemos podido saber que los cambios que ha llevado a cabo Facebook en Libra le permitirían, por fin, lanzar dicha criptodivisa en algún momento del próximo mes de enero, pero que esta llegaría en una versión «recortada» y claramente alejada de las pretensiones iniciales que tenía la conocida red social.

En teoría, Libra estará respaldada por el dólar, pero tendrá un alcance y un impacto mucho menor para satisfacer las demandas de los entes reguladores y de los bancos centrales del mundo, que temían que esta criptodivisa pudiera afectar, en su concepción inicial, a la estabilidad financiera a nivel internacional y que acabase erosionando, de una forma u otra, el papel que juega el dinero tradicional en nuestra sociedad.

Según la fuente de la noticia, la Asociación Libra está intentando conseguir el visto bueno del ente regulador de los mercados de Suiza para poder emitir criptodivisas estables que estarán vinculadas a un token, y respaldadas por monedas tradicionales individualizadas. Esto quiere decir que podríamos comprar unidades de Libra con monedas tradicionales, y a la inversa, y que no será tan volátil porque tendrá un valor real y fácil de definir, cosa que, por ejemplo, no ocurre con el Bitcoin.