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A Fondo

¿Qué futuro le espera a ARM?

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Hace dos días os confirmábamos lo que ya era un secreto a voces: debido a la presión de los distintos regulares, Nvidia decidía abandonar definitivamente la compra de ARM. Y como era de esperar, que se frustre la operación ha tenido consecuencias para todas las partes implicadas.

Para Nvidia, que pese a que se «ahorrará» 66.000 millones en esta operación, tendrá que pagar 1.250 millones de dólares a SoftBank para no seguir adelante con la adquisición. Pero más allá de esta penalización, no parece que el fiasco vaya a comprometer la posición de la compañía ni en el centro de datos ni el segmento mobile.

La multinacional de hecho anunció el año pasado el lanzamiento de «Grace», una CPU para servidores basada en el diseño Neoverse de ARM y esto no va a cambiar. De hecho, anunciar el lanzamiento del nuevo chip meses antes de que la operación de adquisición tuviera el visto bueno, era una forma de transmitir confianza al mercado; una forma de indicar «esta es nuestra hoja de ruta y vamos en serio».

El camino de ARM en solitario

Más curvas se presentan en el futuro de ARM. De momento el CEO de la empresa, Simon Segars, ha dimitido y ha sido sustituido por Rene Haas, responsable de Propiedad Intelectual (IP) de la compañía.

A corto plazo, la empresa por la que Softbank pagó 31.400 millones de dólares, se plantea debutar en Bolsa, convirtiéndose de esta forma en la IPO más grande de la historia para una compañía de chips, si tenemos en cuenta que su valoración actual supera los 60.000 millones de euros.

La aventura bursátil para ARM no debería además presentar demasiados obstáculos. La multinacional es el claro dominador de los mercados IoT y mobile, sin apenas competencia. Tan solo RISC-V podría convertirse en un competidor en un futuro, pero nada que deba inquietarle en los próximos años.

Sin embargo si examinamos los documentos que la empresa presentó el pasado mes de diciembre ante el regulador británico, parece claro que ARM observa la situación desde una perspectiva algo diferente, en la que partiendo de un mercado mobile que ya está saturado, introducirse en otros como servidores o PCs, no va a resultar fácil.

Desafíos a medio plazo

En primer lugar, porque los proveedores de servidores suelen ser conservadores y aunque ARM ha demostrado su capacidad en este campo, la mayoría de los fabricantes apuestan por Intel y AMD como socios principales a la hora de llegar a las empresas.

Por otro lado, ARM señala que el éxito de empresas como Apple y Amazon no beneficia necesariamente a la propia ARM. Muchas de las implementaciones más exitosas de ARM tienen licencias de arquitectura, no de propiedad intelectual. Los núcleos de la CPU de un iPhone por ejemplo, son compatibles con la ISA ARMv8, pero están construidos con la propiedad intelectual de Apple. Y desde luego, Apple no aporta elementos de diseño de sus chips de la serie A o M a ARM para que los incluya en la siguiente generación de CPUs Cortex. Además a ARM también le preocupa su capacidad para retener a los mejores ingenieros ante la dura competencia de algunos de sus propios clientes (Apple de nuevo, pero también otras compañías como Samsung), por no hablar de Intel y AMD.

Así que la gran pregunta que parece que va a tener que hacerse la compañía es que teniendo en cuenta que sus diseños están presentes en miles de millones de dispositivos mobile e IoT de todo el mundo, es si realmente debería intentar conquistar el centro de datos y el escritorio (dando la batalla a la arquitectura x86) o centrarse en lo que mejor sabe hacer.

Desde 2018, la empresa comercializa sus diseños para el centro de datos bajo la marca Neoverse. Y CPUs como el Neoverse N1 y Neoverse N2 están presentes en los centros de datos de compañías como Amazon, por lo que no parece que de momento vaya a renunciar a intentarlo, por mucho que la presentación sugiera que tal vez podría haber algunas desinversiones en este campo.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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