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Google se enfrenta a una demanda de 1.670 millones de dólares por infringir patentes de chips de IA

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Google, que ha comenzado el 2024 con pérdidas económicas y con numerosos recortes de plantilla, se enfrente ahora a una multa cuantiosa de 1.670 millones de dólares que deberá abonar por supuestamente infringir las patentes que cubren los procesadores utilizados para alimentar la tecnología de IA de sus productos.

La demanda ha sido interpuesta por el científico e informático Joseph Bates, fundador de la empresa Singular Computing. El damnificado asegura que Google copió su tecnología después de reunirse en repetidas ocasiones con él para solventar un problema esencial para el desarrollo de la IA.

Previamente a la celebración del juicio, Google expuso que Singular había reclamado hasta 7.000 millones de dólares en daños monetarios por infringir sus dos potentes, aunque finalmente quedó cerrada la cantidad de 1.670 millones de dólares.

El mercado mundial de chips de IA no ha parado de crecer. Solo en 2022 alcanzó una valoración de 14.900 millones de dólares, siendo sus estimaciones de que la tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) llegue al 40,5%, es decir, que alcanza los 227.600 millones de dólares en 2030. Todo ello motivado por la demanda en IA y la eficiencia de los nuevos dispositivos que irrumpen en el mercado.

Las claves de la demanda interpuesta contra Google

Según recoge un informe de Reuters, los encuentros se produjeron entre 2010 y 2014. En este sentido, Kerry Timbers, abogado de Bates, argumentó que las ideas que se debatieron entre ambas partes eran clave para resolver conflictos relacionados con la IA.

De igual modo, las innovaciones de Bates fueron empleadas para construir las Unidades de Procesamiento Tensorial (TPU) de Google, que son fundamentales en todas sus funciones de IA (disponibles en Google, Gmail, Google Traductor y otros servicios).

La demanda de Bates asegura que las TPU de Google violan sus derechos de patente, en concreto, las versiones 2 y 3 introducidas en los años 2017 y 2018, respectivamente. Para reforzar su argumentación, el científico ha aportado correos electrónicos internos en los que se ve a Jeff Dean, principal científico de Google, asegurando que las invenciones de Bates eran muy adecuadas para los esfuerzos de desarrollo tecnológico de Google en materia de IA.

Se pierde así, según asegura Timbers, la obligación de respetar la propiedad intelectual de los demás, sin solicitar permiso o dar crédito a quien lo merece.

La respuesta de Google

Google no tardó en pronunciarse a través de uno de sus abogados, Robert Van Nest, quien aseguró que los empleados de la compañía que diseñaron sus chips no conocían a Bates y que trabajaron de forma independiente. Además, califica a Bates como ‘inventor decepcionado’, el cual había fracaso repetidamente en sus intentos por convencer a grandes empresas como Amazon, Microsoft, Meta y OpenAI.

Por si fuese poco, Van Nest asegura que la tecnología de Bates utiliza algoritmos matemáticos erróneos y aproximados que pueden generar cálculos incorrectos.

Google asegura que sus unidades de procesamiento en 2016 para potenciar la IA para el reconocimiento de voz, la generación de contenido, la recomendación de anuncios y otras funciones era propia. Sin embargo, Singular asegura que las versiones 2 y 3 de las unidades (introducidas en 2017 y 2018) violan sus derechos de patente.

Asimismo, un tribunal de apelaciones de EEUU en Washington escuchó argumentos sobre si se deben invalidar las patentes de Singular tras la apelación formulada por Google ante la Oficina de Patentes y Marcas de EEUU.

Un inicio de año complejo para Google

Pese a llevar menos de un mes, 2024 está siendo realmente complicado para la empresa, cuyas malas previsiones de ventas, la subcontratación durante la pandemia y algunas políticas fiscales están motivando a que se reajusten los gastos y las plantillas.

Recientemente, Google ha anunciado una ronda de despidos que podría alcanzar el millar de empleados. Estos despidos afectarían, especialmente, a los departamentos de ingeniería que desarrollan el Asistente de Google, los móviles Pixel, los dispositivos de hogar conectado Nest o los de monitorización deportiva Fitbit, además de al equipo de realidad aumentada.

Hay que recordar que la empresa matriz de Google, Alphabet, cerró el año con una ronda de despidos pese a anunciar unos beneficios de 2.800 millones de dólares. Y es que en pleno proceso de contratación y reorganización de personal, los despidos se han convertido en la tónica habitual para dar relevancia al desarrollo de su IA.

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