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Delta Airlines: cómo un problema informático puede generar caos aéreo

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Delta Airlines

El grado de dependencia que nuestra sociedad tiene con respecto a las nuevas tecnologías es, sin duda, altísimo. Así, muchas actividades que hasta hace no mucho tiempo se regían por otros sistemas, ahora dependen de manera muy directa del correcto funcionamiento de la informática. Estos, sin duda, han mejorado mucho la eficiencia, y permiten que todas las operaciones se efectúen de la manera más óptima, lo que al final se traduce en una sustancial mejora en la cuenta de beneficios. Sin embargo, no comprender en plenitud la importancia de dicha conexión, y tomar medidas en consecuencia para minimizar el riesgo de fallos, se puede traducir en una auténtica odisea, como la que acaba de experimentar la aerolínea Delta Airlines por culpa de un corte de suministro eléctrico, según informa Cnet.

La sede principal de Delta Airlines, en Atlanta, sufrió ayer un corte de luz que afectó a los sistemas informáticos de los que depende toda la actividad de la compañía, lo que ha afectado a 1.679 vuelos, de los 6.000 previstos para la jornada de ayer. El propio CEO de la compañía, Ed Bastian, tuvo que publicar una declaración en vídeo en la que se hacía cargo de los problemas, pedía disculpas por los mismos, y afirmaba que todo el equipo de Delta estaba trabajando para restaurar los sistemas y hacer que todo volviera a la normalidad lo antes posible. Así mismo, también se empleó Twitter para alertar de la circunstancia y publicar actualizaciones de estado, y se contactó con los pasajeros que realizaban vuelos con escalas, de la cancelación de las mismas por culpa del fallo.

Horas después de producirse el corte, los vuelos de Delta Airlines empezaron a recuperar la normalidad, pero a un ritmo muy lento, al punto de que todavía no se ha terminado de restituir el servicio, amén del tiempo que tardará en normalizarse de nuevo la situación de los pasajeros que han perdido vuelos, así como la posición de la flota y sus tripulaciones.

Este tipo de incidentes nos recuerdan, una vez más, la importancia de establecer sistemas redundantes en aquellos puntos críticos. La dependencia de un único sistema es, como ha quedado claro en el incidente de Delta Airlines, un riesgo que, al final, se puede traducir en unos costes que multiplican exponencialmente, lo que habría costado tener un sistema con redundancia geográfica. En un caso como este, ante la caída del sistema de Atlanta, su backup habría tomado el control de las operaciones, y no se habrían perdido cientos de vuelos, con miles de pasajeros en tierra e indemnizaciones que, sin duda, terminarán por salir muy caras.

 

Imagen: Gietje

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