El granito de arena de Apple

La compañía de Steve Jobs ha anunciado que destinará el 0,7% de los beneficios de sus productos electrónicos a los trabajadores de compañías asiáticas fabricantes de sus dispositivos, como la taiwanesa Foxconn. La medida llega en respuesta de la ola de suicidios entre empleados de la compañía y se suma al aumento de sueldo del 20%, financiado en parte por Apple.  

Las condiciones laborales y salariales de los trabajadores de algunos países de Asia especialmente en China, y particularmente en el sector tecnológico, son en general deplorables. Jornadas de trabajo que duran de sol a sol, hacinamiento, acoso sexual a mujeres jóvenes, explotación infantil, obligación de vivir en la misma fábrica y bajo sueldos miserables, son algunas de las condiciones vergonzantes denunciadas por los grupos de derechos humanos.
 

Mientras los occidentales disfrutamos con nuestros nuevos gadgets, estos esclavos del siglo XXI siguen produciendo (lo único que vale) a ritmo salvaje. Por ello destacamos la medida de Apple de destinar parte de sus beneficios a estos trabajadores. Una cantidad que no significa nada en las cuentas de resultados de Apple pero que puede suponer una gran diferencia en la vida de los empleados de las inmensas factorías chinas como las de Foxconn.

Compañía que se ha comprometido a aumentar los sueldos en un 20% (parte de ellos también pagados por Apple) tras el escándalo internacional que ha supuesto la ola de suicidios entre trabajadores. Un caso el de Foxconn, que no es nuevo y se une a la reciente denuncia de esclavitud laboral en una factoría de KYE Systems en China que fabrica distinto hardware para periféricos de Microsoft y que impone jornadas de trabajo de 15 horas diarias, por lo que los empleados acaban durmiéndose en el puesto de trabajo.

Un caso que Microsoft ha prometido investigar y como Apple en este caso dar respuesta. Compañías que como HP, Dell y otras, mantienen la mayoría de la producción en países como China y que deberían dar soluciones a estos casos generalizados y no solamente en salarios, exigiendo la desaparición de estas prácticas laborales abusivas.