Webcam y portátil de empresa, ¿debo desactivarla?

Muchas compañías prefieren dar a sus empleados un portátil de empresa en lugar de apostar por el BYOD, una medida que resulta muy acertada de cara a mantener o incluso mejorar la seguridad, ya que normalmente este tipo de equipos están más controlados y mejor protegidos.

Ya hemos hablado sobre algunos de los diferentes tipos de amenazas que pueden afectar especialmente al sector profesional, entre los que destacamos hace poco las amenazas persistentes y los ataques dirigidos, pero también encontramos otro tipo de malware que puede llegar a causar serios dolores de cabeza.

Hablamos de los accesos no autorizados a la webcam, realizados gracias a tipos de malware que utilizan lo que se conoce como Remote Administration Tool, o «Herramienta de Gestión Remota«, que permite al atacante hacerse con el control de la cámara de nuestro portátil.

Espionaje a través de la webcam, una realidad con muchos precedentes

El historial de espionajes realizados a través de la webcam de equipos infectados con el malware adecuado es muy larga y se extiende desde el sector particular hasta el sector profesional, pudiendo tener consecuencias devastadoras en ambos.

Así, hemos podido ver desde ataques particulares de ciberdelincuentes que sólo buscan hacer caja o incluso mofarse del usuario hasta otros de mayor entidad, provenientes de organismos y agencias de inteligencia de diferentes país.

Sí, es un problema muy real, y dentro del sector que a nosotros nos ocupa, el profesional, un ataque bien resuelto puede allanar el camino a la comisión de delitos de espionaje industrial, con el consecuente robo de información y datos sensibles y un perjuicio cuya entidad puede ser muy grande.

Antivirus y firewall, herramientas imprescindibles

La sofisticación de este tipo de ataques ha crecido exponencialmente, haciendo que sean cada vez más complejos y difíciles de detectar y de detener, por lo que es totalmente necesario contar con soluciones de seguridad actualizadas y realmente eficaces, como por ejemplo Endpoint Protection de Panda.

Dichas herramientas nos darán la seguridad de que podremos repeler sin problema este tipo de ataques y de que no quedaremos expuestos a ningún tipo de espionaje, garantizando nuestra tranquilidad y el buen funcionamiento de la empresa.

Mantener nuestros sistemas operativos y el software general que utilizamos actualizados es otra de las claves que nos ayudarán a reducir las vulnerabilidades que pueden aprovechar posibles atacantes para hacerse con el control de la webcam de nuestros equipos, así que es importante que los mismos estén, en conjunto, puestos al día.

No utilizo la webcam y no quiero correr el más mínimo riesgo

En el caso de que no vayamos a utilizar la webcam tenemos la opción de deshabilitarla, algo que en equipos Windows se puede hacer fácilmente desde el administrador de dispositivos y que, obviamente, podemos revertir en cualquier momento en apenas unos segundos.

Si nuestra webcam es externa y no está integrada basta con desenchufarla, aunque también tenemos otras opciones muy simples e igualmente eficaces, como por ejemplo tapar directamente la webcam.

Sentido común y formación, complemento imprescindible

El auge de las nuevas tecnologías en la empresa, el BYOD y las nuevas amenazas han chocado frontalmente como un tren de alta velocidad con el desconocimiento o falta de formación de ciertos grupos de empleados y profesionales.

Esto fue especialmente notable hace ya unos años, pero todavía se mantiene como un frente abierto en muchas empresas en las que buena parte de sus trabajadores enfrentan un desconocimiento importante en materia de seguridad informática básica.

Instruir a estos empleados, aunque sea a nivel básico, y darles los pilares para que trabajen teniendo unas nociones mínimas de seguridad en nuevas tecnologías también nos ayudará a evitar este tipo de ataques, ya que requieren de una infección previa, y será más difícil que ocurra si tenemos una cierta formación. Ya se sabe, el conocimiento es poder.

Más información: Ciberataques, en el TOP 10 de los riesgos globales.

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