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Opinión

La lotería digital ¿podrá el Mercado Único Digital equilibrar el campo de juego para todos?

Publicado el

Ramon Martín

Ramon Martín, director general y COO de Ricoh España.

A pesar de la rápida transformación de las últimas dos décadas, Europa aún continúa a la zaga de la mayor parte del mundo en lo que se refiere a innovación digital en el puesto de trabajo.  Aunque seis de cada 10 empresas europeas se consideran digitales, todavía queda mucho trabajo por hacer para que Europa sea reconocida como un verdadero líder digital.  En este contexto, Europa ha impulsado la Agenda Digital Europea, un plan para incrementar el peso de la economía digital en el continente a lo largo de los próximos cinco años. Un punto clave de la agenda es la creación del Mercado Único Digital; la estandarización de las regulaciones para que los mismos contenidos, productos y servicios estén disponibles al mismo precio en cualquier punto de la Unión Europea.

Con una contribución estimada en 415.000 millones de euros para la economía europea, el Mercado Único Digital es la oportunidad que tienen ante sí las empresas de cualquier tamaño para entrar en nuevos mercados y acelerar su crecimiento a un ritmo inimaginable anteriormente. Sin embargo, la pregunta que surge en la mente de muchos líderes empresariales es: ¿serán tratados de forma justa todos los países y, por lo tanto, las empresas radicadas en ellos?

Las percepciones manifestadas por los líderes empresariales en torno a la fortaleza digital actual de sus países varían en cada nación de la Unión Europea. De acuerdo con una investigación de Ricoh, casi un cuarto de los líderes empresariales (el 24%) describe la posición digital de su país, sus habilidades e infraestructura como débiles. En línea con los hallazgos del European Commission’s Digital Economy and Society Index, los únicos calificados como digitalmente fuertes son los países nórdicos y los  Países Bajos, donde el 64 por ciento y el 55 por ciento, respectivamente, describen sus países como ‘muy fuertes’ o ‘bastante fuertes’.

Con  la inminente introducción del Mercado Único Digital en 2016, ¿justificará esta disparidad entre diferentes estados la preocupación en torno al pequeño beneficio resultante de la armonización de los mercados online a lo largo de Europa? Una de cada cuatro de las compañías de esta muestra no cree que exista algún beneficio con la implantación del Mercado Único Digital. De hecho, las dudas de los líderes incluyen la amenaza del incremento de la competencia (42%), mayores requerimientos TI  (41%) y los obstáculos del IVA  (36%). Todo esto, para los no preparados o los de menores recursos, parece realmente preocupante.

¿Cuestión de disposición o de actitud?

El objetivo del Mercado Único Digital es crear esperanza para los negocios de mañana, no ocasionar fracturas entre países y ciertamente que no sea una ‘lotería digital’ la que decida lo bien que les irá a las organizaciones dependiendo de su localización. A pesar de que la introducción del Mercado Único Digital está prevista en menos de un año, un abrumador 92% de los negocios europeos no están preparados para ello. De hecho, solo en Países Bajos, Austria y los países nórdicos al menos una de cada 10 empresas está completamente lista para el Mercado Único Digital. Desde la perspectiva sectorial, solo en fabricación, uno de cada 10 negocios está preparado, con una disposición en mayor parte de los sectores de entre el 6 y 8%.

Estas cifras son muy preocupantes y sugieren que millones de negocios a lo largo de Europa pueden no aprovechar los beneficios del Mercado Único Digital desde el primer día. La verdad es que, a menos que actúen con rapidez, se arriesgan a ser superados por rivales más ágiles. Con esto en mente, los empresarios, particularmente aquellos de los ‘países más débiles’, necesitan poner atención en tres elementos clave para cambiar esta percepción de amenaza en la oportunidad que realmente representa.

En primer lugar, las empresas necesitan evaluar su actual situación y nivel de preparación para construir el contexto en torno a su posición en el cambiante escenario actual. Esto incluye poner atención tanto en las funciones de back-office como en las operaciones de cara al cliente.

En segundo lugar, tras una auditoría de sus operaciones, las empresas deben estandarizar sus sistemas y procesos para impulsar la eficiencia y el ahorro de costes, aumentando la productividad y mejorando su ventaja competitiva.

Por último, es aconsejable contar con una visión externa de la organización en forma de consultoría. Esto permitirá a las empresas hacer uso del conocimiento existente en torno a lo que necesita para crecer internacionalmente. Ricoh, por ejemplo, ha ayudado a las empresas a internacionalizar y estandarizar sus operaciones durante décadas.

Cuando nos fijamos en algunos de los beneficios del Mercado Único Digital, tales como el incremento del número de clientes en nuevos mercados o la mejora de la eficiencia externa, podemos ver claramente que abre las puertas a una gran oportunidad de negocio.  Aunque la ‘fortaleza digital’ puede ser diferente a lo largo de Europa, las empresas necesitan darse cuenta de que están en el asiento del conductor, con el control en sus manos. Si no toman el timón ahora, los líderes se arriesgan a no ponerse al día desde el principio en la era del Mercado Único Digital, una situación que ninguna empresa puede permitirse el lujo de afrontar.

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