Conecta con nosotros

Noticias

La industria TIC internacional recela del plan ‘Made in China 2025’

Publicado el

El Gobierno de China no está satisfecho con la imagen exterior de gran parte de su industria. Habitualmente, la percepción que se tiene en otros países de los productos fabricados en el país es de que se prima la cantidad sobre la calidad, y las autoridades chinas quieren dar la vuelta a la situación. Para ello han puesto en marcha un plan, denominado Made in China 2025, con el que pretenden impulsar y reestructurar su industria, con el objetivo de cambiar esta imagen y primar la calidad y la eficacia.

Con dicho plan, China quiere convertirse en el líder en campos como la tecnología a nivel internacional, sobrepasando así a otros países como Japón o Estados Unidos, así como fomentar el consumo de productos autóctonos. Las medidas que se van a poner en marcha se han establecido definitivamente el mes pasado, y en su creación han intervenido el Ministro de Industria y Tecnologías de la Información, así como representantes de más de 20 departamentos del Consejo de Estado. Se trata de un programa ambicioso, pero muy importante de cara a la renovación de la industria china. Y según Forbes, no ha gustado a todo el mundo.

Así ha quedado reflejado en un informe presentado la semana pasada por la Cámara Europea de Comercio en China y otros fabricantes extranjeros con presencia en el país. Su principal queja es que el plan contempla la asistencia y apoyo del gobierno chino a las industrias y empresas nacionales, lo que reduciría la competitividad para las empresas extranjeras.

Entre otras medidas, el plan pretende aumentar el uso de materias primas y básicas nacionales hasta el 40% para 2020, y llegar la 70% en 2025. En la actualidad, el uso del material esencial nacional en la fabricación de equipos de alta tecnología en China es muy bajo, y los procedentes de otros países suman más del 50% de los materiales utilizados en este tipo de dispositivos. En algunas industrias, China depende totalmente de materiales fabricados fuera de sus fronteras.

El país quiere acabar con eso, por lo que está trabajando en la puesta en marcha de centros de innovación, con los que pretende mejorar el desarrollo de la industria y dar pie a la construcción de equipamiento de alta tecnología. Pero todavía está muy lejos de conseguirlo. También quiere poner en marcha fábricas «inteligentes», en las que las líneas de montaje estén compuestas exclusivamente por robots. Pero todavía no es capaz de alcanzar esta meta, y las fábricas están llenas de ensambladores humanos.

Por eso, el gobierno pretende que haya 15 centros de innovación para 2020 y 40 para 2025. Con ello, que espera abrir mediante la aportación de fondos públicos y privados, busca ayudar al desarrollo de la tecnología, la fabricación inteligente y la creación de nuevos materiales.

Las autoridades también quieren que las empresas nacionales innoven más, ya que por ahora solo hay un puñado que pueden considerarse como innovadoras y competitivas, como Alibaba o Xiaomi. Las innovaciones en ciencia e ingeniería son escasa en China por falta de fondos para la investigación, por lo que también se busca incentivar la inversión en desarrollo de producto.

La Unión Europea desconfía

Pero, como hemos comentado, las empresas extranjeras con presencia en China desconfían de este plan, y temen que reduzca su competitividad y beneficie a las empresas chinas frente a las extranjeras. La Cámara de Comercio de la UE en China, directamente, ha criticado las subvenciones que el gobierno está proporcionando a las industrias tecnológicas, señalando que dichas empresas tendrán ventaja a la hora de competir con las empresas extranjeras que no cuentan con financiación gubernamental.

No es la única entidad que ha criticado este movimiento. Según un trabajo del Instituto Mercator de Estudios Chinos publicado en diciembre pasado, «mientras que las empresas tecnológicas chinas se benefician de un inmenso respaldo por parte del gobierno, sus competidores europeos allí se tienen que enfrentar a todo tipo de barreras para acceder al mercado, así como de obstáculos para llevar a cabo sus actividades empresariales: el cierre del mercado de tecnologías de la información, la exclusión de los planes de subvención locales, el bajo nivel de seguridad de los datos y la recolección intensiva de datos digitales del estado chino«.

Las empresas ya se enfrentan a estos problemas en la actualidad, y según las voces críticas, el plan Made in China 2025 no hará otra cosa que empeorarlas. Y aunque el primer ministro Li Keqiang afirmó que las empresas extranjeras recibirían el mismo acceso a licencias de aplicaciones, estándares y compras por parte del gobierno, las compañías piden que se den más pasos para asegurar que China respeta las reglas.

El Ministro de Industria y Tecnologías de la Información de China, Miao Wei, recalcó en una comparecencia de prensa celebrada este fin de semana que las estrategias del plan y sus reglas relacionadas se aplican por igual a todas las empresas que tienen presencia en China, ya sean nacionales o extranjeras. Miao rechazó las acusaciones vertidas por la Cámara de Comercio de la Unión Europea, que entre otras quejas afirma que los suministradores de coches eléctricos y otros materiales están recibiendo presiones para entregar su tecnología a China.

Ante esto, el ministro afirmó que las normas de acceso a sectores como los vehículos que funcionan con nuevas energías no sólo se aplican a empresas extranjeras, sino también a las nacionales, y que se hace para evitar que algunas caigan en la tentación de hacer trampas a la hora de recibir subvenciones, y no para forzar a las empresas extranjeras a transferir tecnología a China. Además, confirmó que los objetivos principales de este plan pasan por satisfacer la demanda nacional de equipamiento y material industrial de alto nivel, dado que los países occidentales todavía ponen barreras a la exportación de productos de China.

Foto: Chris

Lo más leído