Samsung se la juega con el lanzamiento del Galaxy S8

Samsung acaba de presentar el Galaxy S8, su móvil de más alta gama, y con el que espera dejar atrás todos los problemas que ha atravesado en los últimos meses. Este nuevo dispositivo, presentado en Nueva York por el presidente de Samsung Mobile, DJ Koch, estará disponible en dos versiones: S8, con pantalla de 5,8 pulgadas; y S8+, con una de 6,2 pulgadas. Es precisamente la pantalla, que ocupa prácticamente toda la parte frontal del teléfono y curva, la protagonista de este nuevo móvil, pero, sin duda, uno de los puntos que más se van a mirar con lupa S8 es su batería.

Después de que, tal como ha establecido la investigación, sea ésta la causante de los problemas del Note 7 que hicieron arder varias unidades de dicho smartphone, y ocasionasen primero su sustitución y, posteriormente, su retirada definitiva, Samsung no se la puede volver a jugar con ellas. Por lo tanto, las baterías del S8, de 3.000 y 3.500 miliamperios, han sido desarrolladas con especial cuidado para evitar sobrecalentamientos y explosiones.

En Samsung son conscientes de que se la juegan con el Galaxy S8, y que es la clave para volver a recuperar la confianza del mercado en la compañía. Así lo ha comentado Lee Young-hee, vicepresidente ejecutivo de Samsung, durante la presentación, con unas palabras que ha recogido Bloomberg: «Debemos, no solo recuperar de nuevo la confianza de los consumidores, sino también colmar las elevadas expectativas que siempre han tenido con respecto a Samsung. Nos hemos esforzado en proporcionar a los clientes dispositivos casi perfectos para ganar su confianza«. Eso sí, no dijo casi ni palabra de la batería, y se dedicó a resaltar otras características del terminal.

La sombra del Note 7 no ha sido la única que ha planeado sobre la presentación del Galaxy S8. También el escándalo ocasionado por el encarcelamiento de su vicepresidente Jay Y. Lee, que está considerado el heredero y responsable de facto del grupo. Lee está acusado de soborno y malversación de fondos por su supuesta participación en un escándalo nacional de tráfico de influencias que se ha llevado por delante a la mismísima presidenta de Corea del Sur.

A pesar de todo, los accionistas de la compañía parecen no tener mucho en cuenta la situación de su vicepresidente, que podría pasar 20 años en la cárcel si es declarado culpable, puesto que el comportamiento de las acciones en el mercado es bastante bueno. De hecho, desde la presentación del terminal, han subido un 1,8%. Pero la compañía no lo tiene todo ganado, en opinión de muchos analistas.

Uno de ellos, Koo Chang-hwan, que investiga el comportamiento de las marcas en el Centro de Reputación de Corea, comenta que «el S8 no va a tener éxito de la noche a la mañana. Pasará algo de tiempo hasta que los consumidores sientan que el teléfono no tiene los problemas del Note 7. A pesar de todo, el mayor problema que lastra a la empresa es todavía el proceso contra su jefe de facto. Eso hará sombra al S8, y un único producto no es suficiente para dejar atrás los riesgos que rodean a su máximo directivo«.