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Una de cada cinco empresas atacadas por ransomware, cierra

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Cuando uno se imagina cuáles pueden ser los objetivos de un ataque de ransomware, piensa con frecuencia en empresas grandes, tecnológicas y organismos gubernamentales. Pero no siempre sucede así. Muchas más veces de las que se cree, el ransomware ataca a pequeñas y medianas empresas, con consecuencias bastante desastrosas para ellas: una de cada cinco empresas pequeñas atacadas por malware acaba cerrando. Y además, prácticamente de inmediato tras quedar afectada.

Así se desprende del informe sobre seguridad elaborado por la compañía Malwarebytes, del que se ha hecho eco Cnet, que también concluye que alrededor de un tercio de todas las empresas pequeñas y medianas de todo el mundo (el 32 por ciento) sufrieron el ataque de al menos un tipo de ransomware el pasado año. En dicho informe también se hace hincapié que, en muchas ocasiones, el origen de un ataque está en el error humano. Además, una cuarta parte de las empresas experimentaron más de 20 ataques distintos de ransomware sólo durante 2016.

Estas cifras pintan un panorama muy poco alentador del estado de la seguridad en las empresas. Sobre todo en la actualidad, cuando vemos casi cada mes noticias sobre ataques masivos de ransomware copar titulares en los medios de comunicación. Y no suelen ser precisamente pequeños, ya que suelen afectar a sistemas ubicados en cientos de países en una sola oleada.

Según el Responsable de Ingeniería de Sistemas de Malwarebytes Brett Callaughan, el ransomware es un inmenso problema de ciberseguridad, pero muchas veces es culpa más de un comportamiento humano erróneo que de un software de seguridad inseguro.

En su opinión, «en la actualidad, los que están detrás de los ataques de ransomware persiguen más el factor humano. Muchos más atacantes se están dando cuenta de que pueden conseguir con más facilidad pequeñas cantidades de dinero a gran escala con gran rapidez si automatizan sus ataques. Hoy en día, los que se deducan a ello son extremadamente sofisticados. No se cortan en crear un archivo y hacer que parezca que es real«.

Para Callaughan, los atacantes buscan únicamente una cosa: «ir tras el usuario, por lo que se dedican a expandir su ataque lo más posible y confiar que tenga éxito. Claro está, si el ataque llega a 100.000 cuentas de correo y hay 10.000 que pulsan el botón que lleva a los que vas a cobrar 200 dólares por cabeza, van a conseguir una cantidad de ingresos significativa por algo que les ha costado muy poco esfuerzo«.

La cantidad que recaudan cuando atacan empresas no suele ser pequeña precisamente, puesto que según un estudio, solo en España, el 52 por ciento de las empresas atacadas el año pasado pagaron rescate. Por lo tanto, si te llega un email sospechoso es mejor que, ante la duda, no pulses ninguno de sus botones ni abras sus enlaces.

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