Reflexión: ¿realmente es necesario un Messenger para menores de 13 años?

Esta mañana hemos tenido un interesante debate en la redacción. Bueno, en realidad eso se traduce en que Elisabeth me ha comentado algo y yo he dedicado media hora a contarle mi opinión. Creo que en algún momento se ha levantado, ha ido a por un café, se lo ha tomado mientras su mirada se perdía más allá de la ventana, hacia las nubes, ha vuelto y, sí, yo seguía hablando. Pero es que, en realidad, me planteado una pregunta tan interesante que, sin duda, da para hacer una reflexión en varias fases. El origen de la conversación ha sido una noticia, publicada por la Agencia Reuters, en la que informa de que Facebook ha puesto en marcha una aplicación de mensajería para niños menores de 13 años. Y la pregunta es, claro, ¿realmente hace falta un Messenger para niños menores de 13 años?

Mi primera respuesta ha sido un rotundo sí. La red está llena de indeseables (ladrones, depredadores sexuales, etcétera), mensajes de odio y desprecio, contenidos no aptos para ellos, delincuentes… sé que, así dicho, parece que estoy hablando de Sodoma y Gomorra, pero lo cierto es que, según que sitios y en según qué momentos, esa sería la definición más acertada de la red de redes. Así pues, es necesario establecer espacios seguros en los que los menores puedan comunicarse entre ellos, sabiendo que sus conversaciones, perfiles, etcétera Además, Facebook ha añadido funciones de control parental en esta nueva herramienta, por lo que los padres podrán supervisar adecuadamente lo que está ocurriendo y, de esta manera, estar tranquilos cuando vean a los pequeños comunicándose con sus amigos a través del ordenador, el móvil, la tablet, etcétera.

Este movimiento de Facebook es muy, muy inteligente por dos razones. La primera es que se trata de un nicho de mercado apenas explorado, y al que hasta ahora no se había acercado ninguno de los «gigantes» de los servicios de mensajería. Y es que, aunque los niños menores de 13 años sí que emplean estas herramientas, hasta ahora no había una de uso generalizado dirigida específicamente a ellos, y que además cuente con herramientas de seguridad controlables por los padres, lo convierte en una herramienta que seguramente será acogida con bastante interés. Pero es que además, Ya es sabido desde hace tiempo que la red social tiene problemas para atraer a los usuarios más jóvenes (tardo-millenials y generación Z), que se sienten más atraídos por otras plataformas. Así, hacer que ya sean usuarios de alguno de los servicios de la compañía desde su más tierna infancia, puede facilitar la conversión de los mismos a usuarios de la red social en el momento en el que cumplan la edad mínima para ello.

Y ahí, más o menos, terminaba mi argumentación, cuando Elisabeth me ha repreguntado, «Sí, eso está bien, ¿pero es necesario que los menores de 13 años se comuniquen tanto de forma on-line?«. Si esto fuera Twitter, aquí añadiría el GIF del británico príncipe Harry haciendo boom. Y es una pregunta que es interesante que nos plateemos, al igual que nos cuestionamos el uso que nosotros mismos hacemos del teléfono móvil (no pasa nada grave si nos lo dejamos un día en casa).

Común no es sinónimo de normal, y menos aún de necesario (igual que la corrupción en política), y quizá con este tipo de herramientas y soluciones estamos dejándonos llevar sin pensar en si es realmente necesario, ni en las posibles consecuencias de adoptar estas propuestas un poco «a la ligera». ¿Realmente es necesario y/o positivo que los niños puedan hablar siempre que quieran con sus amigos? Quizá todo esto se nos va un poco de las manos, y es el momento de empezar a pensar si todo esto es necesario, y por lo tanto si deberíamos adoptarlo o, por el contrario, deberíamos parar un poco y repensarlo todo. Yo, desde luego, llevo toda la mañana dándole vueltas, y todavía no lo tengo nada claro.

Imagen: Max Pixel