Las criptodivisas dejarán un valor importante aunque «mueran», dice el BCE

No hay duda de que las criptodivisas han marcado una importante revolución en el sector tecnológico y también en el mundo de la inversión, ya que han demostrado al mundo que puede existir una moneda descentralizada, libre de cualquier tipo de regulación y que permita realizar pagos de forma totalmente anónima.

Sin embargo esas ventajas son sólo la cara que acompaña a la cruz de este tipo de monedas. Las criptodivisas también han demostrado los peligros inherentes a esas ventajas; al no estar centralizadas ni controladas son altamente volátiles, no ofrecen garantía alguna a los titulares en caso de pérdidas o robos y pueden utilizarse con fines delictivos (blanqueamiento de capitales, por ejemplo).

La explosión de la burbuja que rodeaba a Bitcoin ha dejado caídas muy importantes que han acabado afectando a todas las criptodivisas importantes, una situación que se explica por la vinculación o correlación de valor que existe entre ellas y que ha llevado a expertos como Steve Strongin (de Goldmann Sachs) a cuestionar la supervivencia de este tipo de monedas digitales.

Yves Mersch, miembro del Banco Central Europeo (BCE), ha ofrecido una visión más positiva que la de Strongin ya que ha comentado que incluso aunque las primeras criptodivisas acaben desapareciendo habrán aportado una innovación importante que habrá que tener en cuenta.

En su opinión las criptodivisas podrían servir para establecer una base sobre la que trabajar para el desarrollo de divisas virtuales con una regulación estatal. En este sentido comentó abiertamente:

Las monedas virtuales no son dinero, ni lo serán en el futuro previsible. Su cuota de mercado es todavía pequeña y sus lazos con la economía real siguen siendo limitados.

Pero esto puede estar sujeto a cambios. Los reguladores y los legisladores de todos los niveles deberían prestar mucha atención a la mitigación de los riesgos potenciales que podrían derivarse del creciente negocio de las divisas virtuales .

No obstante Mersch fue claro y precisó que de momento no ve necesidad alguna de que el BCE recurra a la emisión de dinero digital, una cuestión que están valorando otros bancos pero que en su opinión es innecesario, sobre todo por los  posibles efectos negativos que podría tener sobre el sistema financiero.