El cibercrimen cuesta a las empresas 600.000 millones cada año

El cibercrimen cuesta cada vez más dinero a las empresas en todo el mundo. En la actualidad, se calcula que este coste asciende ya a 600.000 millones anuales a nivel global, tal como refleja un informe elaborado por McAfee y el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS). Y la facilidad que hay para cometer delitos en internet es, según Cnet, una de las principales razones de esta subida tanto en el número de los ciberdelitos como en su coste empresarial.

En este informe queda reflejado que la herramienta que más utilizan ahora los ciberdelincuentes para sus fechorías es el ransomware. Hay más de 6.000 puntos ilegales online en los que se venden herramientas de ransomware. Y si los ciberdelincuentes que quieren cometer un delito no encuentran ninguna que les sirva para sus propósitos entre ellas, pueden contratar los servicios de un experto en el desarrollo de este tipo de herramientas maliciosas para que cree el software que necesitan para sus fechorías.

A esto se le conoce como «cibercrimen como servicio», y según el informe es cada vez más sofisticado. Ya permite la creación de malware personalizado de todo tipo: desde redes de bots que pueden alquilarse en función de las necesidades de cada ciberdelincuente hasta kits para realizar ataques. Las criptomonedas y su auge también han contribuido al avance de ataques de ransomware, puesto que gracias a las monedas virtuales, los ciberdelincuentes tienen más facilidades para conseguir dinero con sus ataques.

Vista la situación, tal como asegura Steve Grobman, CTO de McAfee, «el mundo digital ha transformado casi todos los aspectos de nuestras vidas. Entre ellos el riesgo y los crímenes. Ahora, los crímenes son más eficaces, menos arriesgados y más rentables que nunca. Y nunca han sido tan sencillos de ejecutar«.

Además de reflejar las malas noticias en cuanto a seguridad online, este informe de McAfee y el CSIS ofrece sugerencias sobre lo que se puede hacer para mejorar la situación y conseguir que se reduzca el cibercrimen y sus daños. En concreto, apuesta por una estandarización de los datos existentes sobre ciberamenazas, así como por una mejor coordinación de los requisitos de ciberseguridad. Estas dos medidas ayudarían a las empresas a poder protegerse mejor de las amenazas online.