Microsoft pide que se regulen las tecnologías de reconocimiento facial

Los avances de la Inteligencia Artificial en cuanto a reconocimiento de personas preocupan no sólo a buena parte de la población. También a muchas empresas, que ven que si este tipo de tecnologías se usan de maneras poco ortodoxas se pueden llegar a producir situaciones de abuso por parte de empresas y también de gobiernos. Su presencia en cada vez más sistemas y dispositivos, como el iPhone X con su Face ID y el Windows Hello en Windows 10, no hace sino aumentar la preocupación. Sobre todo, el reconocimiento facial. Microsoft es una de las compañías a las que preocupa el uso de esta tecnología y, según nuestros compañeros de Muycomputer, han pedido a los gobiernos que la regule.

Así lo ha pedido el Presidente de Microsoft, Brad Smith, en un post publicado en el blog de la compañía. En él, Smith subraya que el reconocimiento facial necesita una supervisión gubernamental meditada, con el objetivo de prevenir abusos por parte de diversas entidades, entre las que no sólo están las empresas, sino también las administraciones públicas.

Estas tecnologías, gracias a los avances en Inteligencia Artificial y a las mejoras que han hecho posible que las cámaras sean cada vez más avanzadas, son capaces no sólo de observar a las personas, sino también de seguirlas y de registrar lo que estén haciendo en un momento.

Esta tecnología de reconocimiento puede aportar ciertas facilidades, como a la hora de usar el reconocimiento facial para desbloquear el acceso a un dispositivo. También, como apunta Smith puede servir para localizar a un niño que se ha perdido o ayudar a identificar terroristas. Pero también acarrea, si cae en manos abusivas, el potencial para ser vigilados aunque no se quiera. Y, como es lógico, también lleva a una pérdida de privacidad.

Así, en los últimos meses hemos asistido a varios escenarios en los que el potencial uso de esta tecnología ha llevado a generar cierta alarma social. Por ejemplo, la venta de la tecnología de reconocimiento facial de Amazon a varios organismos de seguridad. O el uso del reconocimiento facial en China para identificar a quienes circulan por un punto determinado.

Smith también apunta hasta dónde pueden llegar estas tecnologías: «Imagina un gobierno rastreando a todos con los que caminaste el mes pasado sin que lo sepas ni hayas dado tu consentimiento para hacerlo. Imagina una base de datos de todos los que asistieron a una manifestación, que constituye la esencia de la libertad de expresión. Imagina las tiendas de un centro comercial utilizando reconocimiento facial para compartir información unas con otras sobre cada estantería que miras y los productos que compras, sin preguntarte primero. Durante mucho tiempo esto ha sido algo propio de la ciencia ficción y de películas populares, como Minority Report, Enemigo púbico o incluso 1984. Pero ahora está a punto de convertirse en una realidad«.

A la vista de esto, Smith subraya que, tal como sucede con cualquier avance, el reconocimiento facial plantea una duda crítica: «¿Qué papel queremos que juegue este tipo de tecnología en la sociedad actual?». Para él, «la tecnología avanzada está cada vez más imbuida en nuestras vidas personales y profesionales. Esto implica que los usos potenciales del reconocimiento facial son miles. Y la única manera eficaz de que un gobierno gestione el uso de una tecnología es hacerlo de manera proactiva«.

Smith pone también sobre la mesa una serie de escenarios y puntos que los gobiernos deben considerar. Entre ellos, el punto hasta el que los cuerpos de seguridad pueden utilizar la tecnología de reconocimiento facial, las implicaciones legales de la elaboración de perfiles a partir de esta tecnología, los avisos públicos cuando las empresas la usan, el derecho a la información de los individuos o los procedimientos a seguir cuando haya un error de identificación.

El Presidente de Microsoft no sólo ha apelado al gobierno. También ha hecho un llamamiento a los líderes de Silicon Valley para que se comprometan a mantener unas prácticas éticas en lo que se refiere al uso de la visión por computador, de manera que consigan que esta tecnología se aplique de forma transparente. Además, ha aconsejado tomar precauciones cuando se pongan en marcha servicios y sistemas de reconocimiento facial.