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Indra recibió 5,5 millones de la Comunidad de Madrid por un software que no entregó

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Indra

Indra recibió un pago de 5,5 millones de euros de la Comunidad de Madrid por el desarrollo de un programa que no llegó a entregar por motivos técnicos, según informan desde Eldiario. Este pago se llevó a cabo durante el mandato de Esperanza Aguirre en la Comunidad, y el proyecto se adjudicó en mayo de 2010.

Según informan desde este diario, el organismo que se encargó de asignar el trabajo fue la Agencia de Informática y Comunicaciones de la Comunidad de Madrid, lo que hizo por una cantidad de 15,8 millones de euros. Entonces, la dirigía José Martínez Nicolás y dependía de la Vicepresidencia del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Es decir, de Ignacio Gonázlez, que a su vez era uno de los miembros con una relación más estrecha con la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. Los tres están imputados en la Audiencia Nacional por la trama Púnica, que, presuntamente, desarrolló un esquema de financiación irregular del PP en Madrid.

Indra, implicada en la Púnica, recibió en mayo de 2010, como hemos mencionado, un contrato para el desarrollo de un programa de gestión educativa, denominado Nexus. Nunca llegó a terminarlo y cinco años después, en 2015, el encargo quedó cancelado. Eso sí, la consultora cobró la tercera parte de lo que estaba estipulado en el contrato.

Según han manifestado diversas fuentes de la Comunidad de Madrid, Indra no entregó el programa completo por diversas cuestiones técnicas. Estas hacían que el desarrollo fuese inviable, pero a pesar de todo Indra entregó una parte del software solicitado. La Comunidad no impuso a Indra ninguna sanción, porque alega que los problemas técnicos que llevaron a Indra a incumplir el contrato no eran responsabilidad suya.

No obstante, el programa encargado era necesario, y la Comunidad tenía necesidad de conseguir otro. Por lo tanto, el gobierno de la región acudió a la Junta de Andalucía para usar como base el que utilizaban en dicha comunidad, que es el que se desarrolló finalmente y es el que se utiliza a día de hoy. Este segundo programa, conocido como Raices, costó 2,2 millones de euros, pero es menos potente y versátil que en encargado inicialmente a Indra.

Este, inicialmente, tenía que haberse desarrollado utilizando SAP, lo que ya desde un primer momento limitó los candidatos que podrían desarrollar la herramienta. Indra, tras recibir la adjudicación, comenzó con el desarrollo, pero dos años más tarde en la Comunidad se dieron cuenta de que no funcionaba como tenía que hacerlo. El proyecto estaba en una fase bastante avanzada, e incluso se había comenzado a probar en varios centros, pero tras esta implantación en pruebas, el sistema colapsó.

Entonces Indra analizó el producto para ver qué había pasado, un proceso en el que invirtió varios meses. Finalizado este análisis, la compañía comunicó no solo que no podría terminar el programa en los plazos que se habían establecido. También aseguró que para poder terminarlo necesitaría más del doble del dinero presupuestado inicialmente para el desarrollo. Se llevó a cabo entonces otro estudio, se concluyó que «ni el fabricante del producto, ni el implantador, ni consultores externos podían garantizar la viabilidad de la solución con los requisitos específicos de la Consejería de Educación«.

También alegaron que la plataforma SAP estaba dando problemas y, finalmente, dado que Nexus no funcionaba y las dificultades que presentaba la solución, se acaba con el proyecto en 2015. Los 5,5 millones que recibió Indra com pago durante esos cinco años en los que trabajó en el proyecto no se devolvieron. Indra no fue sancionada porque, según han manifestado desde la Comunidad «los motivos por los que primero se suspendió y posteriormente se resolvió el contrato no fueron responsabilidad del adjudicatario, por lo que no procedía aplicar penalizaciones«.

El principal problema parece ser la elección de la plataforma en el estudio inicial para el proyecto, realizado por la consultora Deloitte. Eso sí, Indra aceptó las condiciones de desarrollo y sabía que había que desarrollar el software con SAP como base, lo que finalmente no pudo hacer.

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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