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Los retos sobre privacidad a los que se enfrenta el Metaverso

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Aún queda mucho para que el metaverso se convierta en una realidad cotidiana, pero lo que ya se sabe es que claramente supondrá un antes y un después en lo que a la protección de datos y privacidad de usuarios se refiere. De la misma forma que ya ha pasado en apps para móviles o en el mundo 2.0 del ‘social media’, que crearon la indiscutible necesidad de crear el RGPD, Reglamento General de Protección de Datos en la Unión Europea, la llegada de esta nueva realidad cibernética supondrá también un momento crítico en la seguridad de la información íntima y personal de sus futuros consumidores.

Metaverso vs. Protección de datos

Hay que tener muy en cuenta la propia naturaleza tecnológica del metaverso, pues se basa fundamentalmente en la captura y registro de decenas de datos biométricos, información de carácter personal que la propia RGPD actual la considera como altamente sensible: se usan única y exclusivamente para la identificación de una persona mediante medios informáticos y automatizados.

Pero más allá de los datos biométricos, como pueden ser el reconocimiento facial, el escaneo de la huella del dedo o avanzados registros de información neuronal, el metaverso se centra principalmente en la propia actividad de sus usuarios y todas sus interacciones. He aquí es donde surge un primer reto: si se considerara que parte de la recogida y tratamiento de dichas informaciones fuera necesaria para el adecuado funcionamiento del metaverso, se dejaría la puerta bastante abierta a la recolección de datos y metadatos privados sin que el usuario tenga un verdadero control sobre ellos. Y, como ya ocurre a día de hoy en los sitios webs actuales o las redes sociales, quien se beneficiaría de esta suculenta información aportada casi de forma inconsciente por el usuario del metaverso serían las grandes tecnológicas.

Las empresas, la protección de datos y el metaverso

Cualquier empresa que tenga vista comercial querrá ser la primera en el metaverso, para tener presencia, visibilidad e interactuar así con sus propios trabajadores o clientes, pero aunque sea un apasionante mundo virtual diferente al real también será importante que cumpla estrictamente con las políticas de protección de datos vigentes y futuras:

Conocer las leyes y normativas actuales en materia de protección de datos no será suficiente, pues tendrán que estar al tanto de la inminente irrupción de la nueva Ley de Servicios Digitales, actualmente en fase de desarrollo. Y es que aunque el metaverso, por su propia naturaleza, no tendrá una ubicación física real, sí que la tendrá el procesamiento y tratamiento de los datos recogidos: la del país del usuario y las regulaciones en materia de privacidad de información personal que allí existan.

Si la compañía en cuestión tiene planteado hacer uso de los datos biométricos de clientes o trabajadores con los que se interactúe en este mundo todavía tan difícil de entender, el metaverso, deberá cumplir estrictamente con el consentimiento expreso de dichos usuarios, que por cierto tendrá que ser renovado periódicamente y voluntariamente por el interesado.

Las criptomonedas, otro gran desafío

Tanto las innovadoras e intangibles criptomonedas como otros criptoactivos, los NFT son un ejemplo, son otro gran reto para los países y las legislaciones internacionales sobre protección de datos, pues se espera que una de las actividades más habituales en el metaverso sean las transacciones económicas realizadas con estas famosas monedas virtuales.

Con la ley en la mano actual de cualquier país, en este asunto el metaverso va tan por delante de las regulaciones que, sin lugar a dudas, escaparía al control de los gobiernos y, también, a las exigencias tributarias de cualquier administración pública. Y eso que en España y la Unión Europea ya hay avances legislativos al respecto, sobre todo en relación al blanqueo de capitales, pero todavía no es suficiente.

Está claro que el metaverso va a ser el siguiente gran hito en la historia de Internet tras la irrupción de las redes sociales hace ya unos cuantos años, pero también es cierto que las administraciones públicas y las regulaciones en materia de protección de datos personales y privados tienen que actualizarse y tener más en cuenta las nuevas formas de registro como son, fundamentalmente, los datos biométricos: la Second life los consolidará.

 

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