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El Proyecto Silica de Microsoft mejora sus placas de vidrio permitiendo almacenar miles de TB durante 10.000 años

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Microsoft ha dado un paso más en su Proyecto Silica y ha anunciado que el almacenamiento de datos en placas de vidrio de cuarzo sostenibles será ahora más eficiente. Todo ello es debido a una mejora, en colaboración con Azure, mediante el cual se aumenta la capacidad hasta varios terabytes (TB) y durante casi 10.000 años.

De este modo, una placa de vidrio, del tamaño aproximadamente de un posavasos, podrá almacenar 1,75 millones de canciones o 13 años de música, que una vez registradas, son inamovibles. Si lo trasladamos al ámbito cinematográfico, cada una de las placas podría almacenar alrededor de 3.500 películas o suficientes películas para reproducirlas durante más de seis meses sin necesidad de repetirlas.

Con ese encapsulamiento de datos, de forma segura, compacta y sostenible, se pretende solventar los problemas de capacidad de almacenamiento en la nube y apostar por un tesoro de información de un valor incalculable.

Lo llamativo de los cristales de vidrio del Proyecto Silica de Microsoft es que permite acceder a los datos intactos después de que éstos hubiesen sido sometidos a temperaturas extremas, agua hirviendo, o incluso, se hubiesen rayado. Se convierte por tanto en una alternativa que ocupa menor espacio y es altamente eficiente en todos los conceptos.

El proceso de almacenamiento

El Proyecto Silica de Microsoft trabaja la escritura de datos en vidrio con la ayuda de un láser de femtosegundo ultrarrápido, para posteriormente decodificar dicha información con la ayuda de la IA de Azure. De este modo, se logra agilizar la lectura y la escritura a la par que se aumenta considerablemente la capacidad de almacenamiento.

La lectura se efectúa a través de un microscopio controlado por una computadora y el almacenamiento se efectúa en una biblioteca pasiva que no precisa de electricidad en ninguna de sus unidades de almacenamiento. Destaca la presencia de los robots que se cargan mientras están inactivos dentro del laboratorio y que luego funcionan de forma efectiva en la búsqueda de datos concretos. Es un proceso inmutable.

Dicho esto, podría diferenciarse entre: laboratorio de escritura (usa un sistema láser para modificar el vidrio y los datos son codificados en vóxeles o píxeles 3D), laboratorio de lectura (un microscopio de movimiento rápido controlado por ordenador que mueve de manera ágil los datos que se quieren recuperar) y laboratorio de decodificación (con Azure AI, convirtiendo el contenido en información utilizable).

Los orígenes del almacenamiento en vidrio

El concepto de almacenaje de datos en vidrio se remonta al siglo XIX, cuando se guardaban los negativos fotográficos individuales en paneles de vidrio. Partiendo de esta idea, Microsoft puso en marcha el Proyecto Silica en 2016, convirtiéndose Warner Bross en su cliente en 2019 para almacenar la película ‘Superman’ (1978) en un trozo de cristal de cuarzo. La productora buscaba una forma segura y sostenible de conservar sus grandes tesoros.

El cristal de vidrio en el que se guardó la película de ‘Superman’ era de 7,5 centímetros de alto y 2 milímetros de grosor, con capacidad para almacenar 75,6 GB de datos. Cuenta con 74 capas y la luz se envía a través del vidrio para posteriormente analizar los reflejos con unos lectores similares a los de un microscopio.

El grupo de riesgo Elire ha colaborado con el equipo de trabajo de Silica de Microsoft para aplicar la tecnología en su Global Music Vault en Svalbard (Noruega). Con la ayuda de las placas de vidrio de sílice se crean archivos duraderos resistentes a pulsos electromagnéticos y temperaturas extremas. Además, es un método 100% sostenible. Así se establece una biblioteca integral de todo tipo de composiciones que se pueden almacenar de cara al futuro y con ubicaciones accesibles en todo el mundo, lo que lo hace un archivo extenso, accesible y en evolución constante.

Una apuesta por la sostenibilidad en los centros de datos

El almacenamiento magnético ha ido perdiendo relevancia paulatinamente debido a que su vida útil es limitada y precisa de nuevas copias frecuentes. Además, supone un elevado nivel de costos operativos y de consumo de energía.

Con el Proyecto Silica, Microsoft busca acabar con la escasa durabilidad de apenas cinco años de un disco duro o de diez años de una cinta, para apostar por materiales más eficientes, duraderos y sostenibles.

Los principales gastos económicos, pero sobre todo energéticos, se producen en la etapa inicial de incorporación de los datos a las placas de vidrio altamente resistentes. Posteriormente, los costos de mantenimiento continuo son mínimos una vez que ya han sido almacenados.

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