OpenAI negocia la venta de acciones para alcanzar una valoración de 86.000 millones

OpenAI está negociando, según Bloomberg, la venta de las acciones que están en poder de sus empleados, lo que le haría alcanzar una valoración de unos 86.000 millones de dólares. Al parecer se encuentra negociando con varios inversores potenciales sobre la inversión de cada uno de ellos en la compañía, aunque todavía no hay ningún detalle cerrado sobre los procesos.

Al parecer, incluso los términos de la venta de acciones están todavía en negociación, así como las cantidades a pagar por los títulos. OpenAI tampoco ha concretado todavía la distribución de las acciones para cada inversor interesado, lo que lleva a que todos los aspectos de la venta de los títulos pueda cambiar.

En la actualidad, Microsoft es ya propietaria del 49% de las acciones de OpenAI, que en la actualidad tiene a Sam Altman como CEO y a Greg Brockman como Presidente. Hace aproximadamente nueve meses que los de Redmond realizaron una inversión de 10.000 millones de dólares en la empresa, a cambio de un buen pellizco de sus acciones. No obstante, será una participación minoritaria, y Microsoft irá abonando la cantidad prometida a lo largo de varios años.

Si consigue la valoración que desea como resultado de la venta de sus acciones, será una de las sociedades anónimas cerradas de mayor valoración, solo por detrás de SpaceX de Elon Musk, o de TikTok, filial de la china ByteDance.

Algunos inversores, como Khosla Ventures, han conseguido acceder también a paquetes de acciones de la compañía a través de varias ofertas públicas de venta que ha hecho la compañía. Eso sí, Sam Altman ya ha dejado claro en varias ocasiones que no tiene ninguna intención de sacar la empresa a bolsa. Tampoco tiene intención de venderla a un solo comprador, sino que prefiere que haya varias empresas e inversores que sean sus accionistas.

Mientras llega el final de las negociaciones, y sus detalles, OpenAI va camino de conseguir superar los 1.000 millones de dólares de ingresos, ya que el número de empresas que están adoptando su tecnología en diversos aspectos de sus operaciones va en aumento. Y no tiene visos de frenarse. Al menos, a corto plazo.