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Bluesky se consolida como alternativa a X superando los 20 millones de usuarios
Hace bastante tiempo que Twitter dejó de ser una red social a la que muchos acudíamos para informarnos y para comentar lo que se nos pasaba por la cabeza o lo que opinábamos de temas de actualidad o de las tareas propias de nuestros trabajos o nuestro día a día. Tiempo antes de que lo comprase Elon Musk, la cantidad de fake news y bulos que se compartían en ella empezaba ya a ser alarmante. Su llegada enrareció todavía más el ambiente, y los usuarios empezaron a buscar la salida a redes como Mastodon y otra iniciativa, que hasta febrero de este mismo año todavía permitía acceder a ella solo mediante invitaciones: Bluesky.
En aras de su concepto de libertad de expresión, entre otras cosas, Musk ha desmantelado el equipo de moderación de la red y ha modificado varias veces el algoritmo que dicta lo que ven los usuarios en sus timelines para fomentar que estos vean contenido repleto de fake news y generador de odio y división.
No solo eso, sino que también lo ha cambiado para potenciar sus propios mensajes y, en concreto de cara a las recientes elecciones en EEUU, para que mostrase contenido favorable a los republicanos y su candidato, Donald Trump. Musk también se dedica a sembrar cizaña en contra de los gobiernos que no son de su agrado, como el de los laboristas en Reino Unido, y tiene numerosos problemas con la Unión Europea por su gestión en la red social y el incumplimiento de diversas normativas europeas. Incluso ha llegado a estar prohibido durante varias semanas en Brasil después de choques entre Musk y miembros del gobierno y la judicatura del país.
Todo esto ha ido precipitando una salida de usuarios de la plataforma a Bluesky, que desde el 24 de febrero de este año dejó de requerir invitaciones para abrir una cuenta, y en muy poco tiempo ha registrado un crecimiento más que notable, pasando de dos millones de usuarios a los más de 20 millones actuales en un año. Pero ¿qué es Bluesky y qué hay detrás de esta red?
Bluesky: la base y los orígenes
La red social Bluesky es a primera vista similar a Twitter, pero presenta diversas diferencias con respecto a esta. Para empezar, aunque todavía no lo es, está concebida para ser descentralizada. Además, además de sus feeds por defecto permite que sus usuarios puedan crear otros temáticos, o bien suscribirse a los desarrollados por terceros.
La primera idea para la creación de Bluesky surgió en 2019, dentro todavía de Twitter, con los primeros pasos del desarrollo del Protocolo AT, la base de Bluesky. Jack Dorsey, creador de Twitter, estuvo implicado en su creación y desarrollo, y aunque llegó a formar parte de su junta directiva y apoyó económicamente el nacimiento de la red, ya no tiene ningún vínculo con ella desde el pasado mes de mayo. Entonces salió de su junta directiva y cerró su cuenta, por diferencias con cómo estaba evolucionando.
Bluesky está separada de Twitter desde 2021, año en el que se convirtió en una empresa independiente y comenzó la contratación de empleados. En la actualidad tiene 20 a tiempo completo. Su CEO es Jay Graeber, una mujer de solo 33 años, algo poco habitual en este tipo de compañías y plataformas.
Desde su inicio Bluesky se describe como una iniciativa para el desarrollo de un protocolo de red social descentralizado. Con él, varias redes sociales denominadas aplicaciones, cada una con sus propias normas y herramientas, podrían interactuar entre ellas a través de un estándar abierto. Por ahora, la única aplicación sobre este protocolo es Bluesky, que en mayo de 2023 adoptó la licencia MIT para ser de código abierto.
Primeros pasos y crecimiento controlado
Tras el lanzamiento de sus aplicaciones para dispositivos móviles, no sin problemas, Bluesky alcanzó los 50.000 usuarios en mayo de 2023. Conscientes de que uno de los puntos flacos de Twitter era la moderación de sus contenidos, y con la intención de evitar problemas de acoso y odio, en Bluesky decidieron controlar la apertura de cuentas durante un tiempo para que se hiciese de manera escalonada.
Con esto perseguían desarrollar un equipo de moderación y seguridad adecuado, y de preparar la red para que creciese «de manera responsable». El día que las retiraron, el pasado febrero, el equipo de la compañía publicó un comic y un artículo explicando más en profundidad la red y su funcionamiento.
Los usuarios, atraídos por las similitudes de su uso con Twitter y por las opciones de moderación que ofrecía, empezaron a llegar. Primero en goteo, y después, coincidiendo con los distintos choques y problemas de Twitter y Elon Musk en varios países por oleadas.
Entonces todavía ofrecía ciertas carencias, como la imposibilidad de publicar vídeos, que poco a poco han ido solventándose. En la actualidad, aunque muchos todavía no ofrece facilidades para publicar hilos o hashtags, Bluesky ya permite citar otros post (aunque da la ocasión de retirar el post citado de las citas a su autor) o publicar vídeos de hasta un minuto de duración.
También ha añadido los «starter packs», listas temáticas de usuarios populares con los que los usuarios que acceden a la plataforma por primera vez, o quienes quieran seguir a cuentas de un tema determinado, pueden seguir varias recomendadas y consideradas relevantes por otros usuarios. Ofrece una herramienta para localizar seguidores de una cuenta en Twitter y permite ajustar desde la moderación de contenidos hasta la creación de feeds personalizados.
La primera gran oleada de usuarios a Bluesky coincidió con la prohibición de Twitter en Brasil. Así a finales de agosto, Bluesky sumó más de un millón de cuentas nuevas en tres días. En semanas posteriores, llegaron varias oleadas más de Estados Unidos y, sobre todo, de Reino Unido, ante el crecimiento de los mensajes de odio y las noticias falsas en la plataforma sobre el país después de sus elecciones generales.
Despegue definitivo de Bluesky
A principios de otoño Bluesky tenía algo más de 6,10 millones de usuarios, y desde entonces no ha parado de crecer. Hace un mes tenía unos 10,8 millones y el jueves de la semana pasada alcanzó los 15 millones. Desde entonces su número de usuarios ha crecido a un ritmo de millón por día, y el pasado martes Jay Graeber confirmó que ya ha superado los 20 millones y no para de crecer.
Bluesky now has over 20M people!! ?We've been adding over a million users per day for the last few days. To celebrate, here are 20 fun facts about Bluesky:
La huida de usuarios de Twitter de todos los países de la plataforma después de las elecciones de Estados Unidos el pasado 5 de noviembre, sobre todo debido a la cercanía de Elon Musk con Donald Trump, el ambiente irrespirable para muchos en la red, y la posibilidad de que Musk ocupe un puesto en el futuro gobierno estadounidense.
También, por supuesto, por la deriva de la plataforma, que no cesa de mostrar, ya en cualquier idioma y país, contenido que fomenta la crispación, el odio, la división y las fake news. Un ejemplo de ello son las falsedades que han corrido como la pólvora por X de las consecuencias de la DANA de Valencia, impulsadas incluso por bots de India, aumentando la confusión entre sus usuarios. Musk y su equipo, sencillamente, no han hecho nada por frenarlas, y siguen aludiendo a la libertad de expresión.
En las últimas semanas ha quedad constancia de que ya no son solo los usuarios anónimos los que se pasan a Bluesky, ya que medios de comunicación, partidos políticos, personalidades de diversos sectores e influencers han comenzado a abrir sus perfiles, ejerciendo un nivel de atracción hacia la plataforma todavía más acusado. Y por primera vez, el número de usuarios de España en Bluesky crece de manera notable y continua.
Bluesky: los puntos oscuros
A primera vista, puede parecer que en Bluesky, proyecto de Bluesky Social PBC, con sede en Delaware (Estados Unidos), son todo ventajas, pero la red también tiene sus puntos negros. Para empezar, es bastante compleja. La base para almacenar los datos generados por sus usuarios son los PDS, o servidores de datos personales. La empresa se encarga de alojarlos, aunque cualquiera puede, en teoría, abrir su servidor para acceder a la red. Eso sí, crearlo no es sencillo y requiere contar con formación técnica avanzada.
Los datos que hay en estos PDS están indexados en los servidores de relay. Por ahora estos dependen de Bluesky, que aún no ha explicado cómo funcionan. Tampoco hay información sobre el sistema que compone lo que cada usuario de Bluesky ve en su pantalla y su timeline cuando utiliza la plataforma. Esto dificulta la descentralización de la red, aunque puede que las incógnitas para ello se despejen en el futuro.
Otro de los puntos oscuros de la red es su financiación, que se inició con 13 millones de dólares que Jack Dorsey destinó a su nacimiento como un equipo de trabajo dentro de Twitter. Cuando se convirtió en una empresa independiente cerró una ronda de financiación de ocho millones de dólares, que aportaron distintos inversores. Hasta aquí todo parece normal, pero la polémica ha llegado con su última ronda, cerrada hace casi un mes y en la que Bluesky ha recibido 15 millones de dólares de una organización del sector de las criptomonedas, Blockchain Capital.
Bluesky now has 13M+ users, the @atproto.com developer ecosystem continues to grow, and we’ve shipped features like DMs and video!We’re excited to announce that we’ve raised a $15M Series A to continue growing the community, investing in Trust and Safety, and supporting the dev ecosystem.
Su modelo de negocio tampoco está claro todavía, aunque ya han trazado algunas líneas rojas para intentar tranquilizar a sus usuarios: no entrenarán IAs con sus datos o publicaciones, y tampoco cobrarán por utilizar el servicio. En principio, tampoco tienen intención de incluir publicidad. Sin embargo, sí que han planteado el cobro de una suscripción para ofrecerles algunos servicios avanzados, como la publicación de vídeos de mayor duración y calidad, o la creación de perfiles más personalizados.
Por ahora, ya permite la personalización del nombre de usuario a cambio de una cantidad mensual. Pero solo con esto no se puede sostener la red, por lo que es probable que en el futuro sus creadores decidan ampliar sus funciones con distintos servicios de pago a medida que vaya ampliándose su base de usuarios, la primera fase a consolidar de toda red social.
Por ahora, sus usuarios disfrutan de un ambiente más tranquilo y sin crispación ni falsedades, con funciones de moderación lo bastante potentes como para impedir que trolls y cuentas generadoras de odio, que ya han intentado crispar el ambiente, desaparezcan de su vista de manera definitiva en poco tiempo. También aseguran que han recuperado contactos perdidos en Twitter (que cambió su nombre por X, más del gusto de Musk) desde que su algoritmo dejase de mostrar por orden lo que escribían las cuentas a las que seguían, y que su número de interacciones y su visibilidad es mucho mayor.
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