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¿Cómo elegir una workstation?

Continuamos con nuestra serie de artículos dedicados a las estaciones de trabajo con un asunto complejo: qué fabricante elegir a la hora de comprar una workstation. ¿Merece la pena una solución totalmente personalizada? ¿Hasta qué punto es importante el servicio postventa? ¿Es una garantía adquirir una estación de trabajo a una marca reconocida? En el artículo analizamos las múltiples posibilidades que ofrece el mercado hoy.

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Continuamos con nuestra serie de artículos dedicados a las estaciones de trabajo con un asunto complejo: qué fabricante elegir a la hora de comprar una workstation. ¿Merece la pena una solución totalmente personalizada? ¿Hasta qué punto es importante el servicio postventa? ¿Es una garantía adquirir una estación de trabajo a una marca reconocida? En el artículo analizamos las múltiples posibilidades que ofrece el mercado actualmente para el profesional que va a tomar una decisión de compra.

Como comentamos en nuestro anterior artículo, las estaciones de trabajo son máquinas destinadas al usuario profesional que necesita una herramienta potente y sobre todo fiable. El grado de tolerancia a fallos o a pequeñas incompatibilidades es muy inferior al del mercado de consumo y, por supuesto, las consecuencias de un rendimiento irregular o un funcionamiento inestable pueden ser funestas desde el punto de vista productivo.

La compra de una estación de trabajo suele ser una inversión importante (en muchos casos es la herramienta clave del proceso productivo) y por ello debe meditarse con mucho cuidado. El hardware debe ser, junto con el software, el medio para obtener resultados de nuestro trabajo. Así, es clave preguntarse qué necesidades tenemos y cuánto estamos dispuestos a invertir para cubrirlas.

Aunque tengan componentes comunes, una estación de trabajo dedicada al diseño 3D tiene poco que ver con una máquina orientada a realizar las complejas operaciones matemáticas que requiere un modelo científico. El paso previo a la compra debe ser la investigación sobre qué características debe tener el equipo que necesitamos para nuestro escenario concreto. Nuestra propia experiencia, la consulta y el soporte que proporcione el fabricantes se convierten en elementos clave para resolver con éxito esta coyuntura.

Existen profesionales que necesitan estaciones de trabajo portátiles.

Desde nuestro punto de vista, no resulta consejable montar la estación de trabajo por nosotros mismos, aunque pensemos que tenemos los conocimientos necesarios. Una estación de trabajo es más que la suma de componentes de alta gama y un rendimiento óptimo no sirve de mucho si no ofrece la estabilidad necesaria. Además, consideramos que el tiempo necesario el búsqueda y compra de componentes, montaje y fase de testeo no compensa en prácticamente en ningún caso frente a soluciones listas para funcionar y con garantía en caso de problemas.

La forma de obtener la combinación óptima potencia y fiabilidad es el conocimiento profundo de cada componente, el cuidado en el ensamblaje y el testeo en profundidad de la máquina en funcionamiento. Detalles como el soporte de drivers, la temperatura de funcionamiento, el montaje de las unidades de disco, una entrega de potencia estable o la refrigeración del procesador pueden marcar la diferencia entre un equipo sólido que amortize nuestra inversión y una fuente de preocupaciones que merme la productividad de nuestro trabajo.

En el mercado hay fabricantes de reconocido prestigio que ofrecen soluciones preconfiguradas con cierto grado de personalización. HP y Dell son los grandes jugadores de uno de los nichos de mercado más rentables para la industria, y ofrecen catálogos amplios y sistemas "llave en mano" con cierto grado de personalización. Aunque sus precios no suelen ser los más económicos, sí tienen productos de calidad que cuentan con la confianza del consumidor en la marca, el importante aparato publicitario y el soporte de los distribuidores.

En el otro lado encontramos empresas que apuestan por ofrecer una relación entre calidad, precio y prestaciones, conscientes de que no cuentan con el reconocimiento tan amplio de marca de sus rivales, pero ofrecen una solución idónea para determinados usuarios. La firma española Mountain es un claro ejemplo de ello.

Aunque en unos días publicaremos un análisis comparativo de una estación de trabajo Mountain y su rival directo en HP, comentamos, a modo de adelanto, las ventajas más significativas (reservando el apartado puramente técnico para la comparativa) de optar por un fabricante menor tamaño, distribución local y posibilidad de atención personalizada frente a las marcas más reconocidas.

Es importante resaltar el público objetivo de las estaciones de trabajo que comentamos: profesionales, pequeñas empresas, universidades y centros de investigación que necesitan una solución potente sin que se disparen los costes, y valoran aspectos como el soporte técnico, la garantía y las posibilidades de configuración o ampliaciones a posteriori.

Es evidente que los gigantes del mercado son difícilmente superables a la hora de montar grandes infraestructuras y su capacidad de producción y distribución les permite posicionarse con seguridad en concursos de la Administración o grandes cuentas, donde prácticamente no tienen rival. En el sector situado entre el mercado de consumo de gama alta y el nicho comentado es donde la oferta de los fabricantes menos conocidos se convierte en una alternativa más que interesante, y donde nos centramos en esta serie de artículos.

La importancia de la personalización

Para que una estación de trabajo cubra nuestras necesidades es fundamental determinar qué componentes son clave para obtener un rendimiento óptimo en la tarea encomendada. La potencia gráfica es fundamental para profesionales de la animación el diseño o el software de CAD y el rendimiento de los discos duros es clave para los editores de vídeo, por citar dos ejemplos clásicos de soluciones profesionales.

Por otro lado es el software el que debe "marcar el camino" del hardware que necesitaremos. Es habitual que los profesionales utilicen, a lo sumo, una o dos aplicaciones que conocen bien y a las que son capaces de sacarle el máximo rendimiento. Por ello, es interesante preguntar al fabricante (y recibir una respuesta meditada) si dispone o puede fabricar una workstation orientada hacia una serie de aplicaciones concretas.

La tecnología avanza rápidamente y, en este sentido, apreciamos mayor agilidad en la introducción de componentes nuevos por parte de empresas como Mountain, que fabrican bajo pedido y no están sujetas a las limitaciones que conlleva una economía de escala basada en lotes. Cuando un determinado hardware da un salto evolutivo relevante es importante incorporarlo a nuestra herramienta de trabajo, siempre teniendo presente la necesidad de mantener la estabilidad de la solución (aspectos como la madurez de los drivers son fundamentales en este sentido).

La ventaja del coste

No cabe duda de que el precio es un factor clave a la hora de tomar cualquier decisión de compra y, en el caso de estaciones de trabajo, las diferencias pueden ser más que apreciables. Aunque trataremos el asunto en profundad en nuestro análisis comparativo de la próxima semana, basta un repaso a las configuraciones ofrecidas por fabricantes de renombre para encontrar disparidad de precios con especificaciones prácticamente idénticas.

Normalmente, por el mismo dinero fabricantes menos conocidos ofrecen componentes más modernos y de gama más alta. En cualquier caso es importante introducir en la comparativa factores tan importantes como el soporte técnico, la garantía, la fase de testeo previa al envío de la máquina y la posibilidad de ampliaciones o personalización del equipo según nuestras necesidades. Incluso a igualdad de componentes básicos, detalles como el chasis, la fuente de alimentación o el sistema de refrigeración pueden marcar una diferencia sustancial entre dos equipos.

Garantía y soporte técnico

Una estación de trabajo es, ante todo, una herramienta de producción. Como inversión debe amortizarse con el uso y el tiempo que este sin funcionar siempre supondrá un perjuicio económico para el profesional. Un proceso de reclamación complejo, largo y costoso puede convertir una pequeña avería en varios días sin poder utilizar nuestro medio de trabajo.

Por ello, resulta fundamental comprobar la capacidad de soporte que tiene la empresa cuando llegan los problemas y si será necesario enviar el equipo o ofrecen un servicio de reparación in-situ (gran parte de los problemas informáticos se pueden solucionar en menos de un par de horas y sin desplazamientos).

Ordenadores Mountain

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