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¿Qué ofrecen las marcas en cuestión de coches autónomos?

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KITT

¡KITT (Knight Industries Two Thousand) te necesito! Y en unos pocos segundos, el coche sarcástico… perdón, el coche fantástico, acudía a la llamada de Michael Knight. Y antes fueron los supersónicos, y antes la ciencia ficción, y antes… digamos que el sueño de los coches inteligentes y que se conducen solos ha fascinado al ser humano casi desde el mismo momento en el que Ford revolucionó para siempre el mundo del automóvil con la producción en serie de su modelo T. Sin embargo, lo que hasta hace no tantos años era algo inimaginable, gracias a la increíble evolución de la tecnología ahora parece más cercano que nunca. Tanto es así que, según un informe publicado por Reuters, 2020 podría ser el año elegido por muchos fabricantes para mostrar sus primeros coches autónomos.

La elección de ese año no es casual: dentro de cinco años se celebrarán los Juegos Olímpicos de verano Japón 2020 (la siguiente edición tras Brasil 2016) y ese puede ser un insuperable escaparate para todo aquello en lo que la industria japonesa del motor está trabajando. Y es que, aunque no lo parezca, ya son bastantes los avances en lo que se refiere a funciones automáticas de conducción o, al menos, relacionadas con la misma. La más popular de un tiempo a esta parte es la función de aparcamiento automático.

Además, ésta ha evolucionado mucho recientemente, especialmente en lo referido al aparcamiento en batería. En las primeras versiones, este sistema «afinaba» tanto para encontrar un hueco que, en ocasiones, los pasajeros no podían abrir las puertas una vez que el coche estaba estacionado.

Otra novedad es la evolución del control de velocidad de crucero (esa función con la que determinas una velocidad y el vehículo la mantiene constante hasta que detecta que el conductor pisa el acelerador o el freno). Ahora, en una novedad presentada por Ford, el vehículo es capaz de «ver» las señales de velocidad máxima de las vías por las que circula y, así, ajustar siempre la velocidad del vehículo a la máxima permitida en la vía.

Fabricantes como Mercedes también están empezando a ofrecer funciones de conducción automática en atascos. De esta manera, aunque el conductor debe permanecer atento al tráfico y a su propio vehículo, éste se encargará de esos pequeños avances (con sus posteriores y frustrantes paradas).

Y todo esto, claro, por no hablar de la enorme cantidad de sistemas electrónicos inteligentes con los que ya cuentan los coches en la actualidad, relacionados principalmente con la tracción y los frenos, pero que también llegan a otros sistemas y funciones del vehículo, como la inyección o el sistema de luces del mismo. Para tal fin, los coches en la actualidad cuentan con todo tipo de sensores, y la tendencia a este respecto es que ese número no pare de crecer.

Así, no es de extrañar que los principales fabricantes de electrónica de consumo se interesen por este mercado, y que otros tradicionalmente asociados a otras áreas de negocio, tengan en el mundo del motor un futuro más que brillante. Tal es el caso, por ejemplo, de Nvidia. Su principal mercado ha sido y es el de los juegos (concretamente el de los adaptadores gráficos optimizados para juegos), pero hace algún tiempo que consiguió entrar en el mercado del motor, y a día de hoy es el área de negocio en la que más crece. En palabras de su CEO, Jen-Hsun Huang, en la actualidad ya hay componentes de Nvidia en más de ocho millones de vehículos, y sus expectativas son llegar a los 30 millones en tres o cuatro años.

Puede que todavía falte algún tiempo hasta que podamos llamar al coche desde el reloj de pulsera, pero a día de hoy ya es posible salir de un BMW Serie 7, pulsar un botón en la llave y que éste aparque solo. O en un Ford, que además buscará huecos al milímetro para aparcar en batería. Quien sabe, después de todo es posible que los coches autónomos y, claro,  que KITT no estén tan lejos…

Imagen:Arroww

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