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La doble moral de Netflix

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Netflix Office Interiors in Beverly Hills, CA on Friday, September 5, 2014. (Brandon Clark/ABImages)

Hace una semana que miles de usuarios de Netflix en Estados Unidos acusaron a dos proveedores de telefonía móvil, AT&T y Verizon, de reducir la velocidad del streaming de vídeo, por lo que sus contenidos tenían una calidad menor que la que en muchos casos deseaban y habían contratado. Ambas operadoras se defendieron de estas acusaciones y negaron tajantemente ser las culpables, lo que causó la ira de los internautas.

Pero he aquí que no eran ellas, puesto que finalmente, una semana después de que saltase la polémica, ha sido Netflix la que ha admitido, en declaraciones al Wall Street Journal, que son ellos los que capan la calidad del vídeo. Y no sólo en estas dos compañías, sino que lo hace con muchas más, también fuera de Estados Unidos. Además, lleva haciéndolo desde hace más de cinco años, y sin conocimiento de sus clientes.

Las razones que ha dado Netflix para esta reducción de calidad de sus contenidos, que al conocerse ha causado la ira de muchos de sus suscriptores, es que de esta forma protegía a los consumidores y evitaba que sobrepasasen los límites de consumo de datos de sus planes. La compañía de streaming ha estado durante varios años rebajando la calidad del streaming que puede verse en los planes móviles de muchas operadoras a un máximo de 600 kilobits por segundo, mucho menos de lo que puede alcanzarse con muchas redes móviles actuales. Y consumir dos horas de vídeo en HD en Netflix, según la compañía, podría consumir hasta 6 Gb de datos, una cantidad mucho mayor que gran parte de los planes de datos mensuales de muchos clientes de telefonía móvil en todo el mundo.

No obstante, Netflix no limita la calidad del vídeo de su streaming a través de las otras dos grandes operadoras de Estados Unidos, T-Mobile y Sprint, porque tienen una política más flexible en cuanto a la oferta de datos a través del móvil que dan a sus clientes. Con ellas, cuando se supera la cantidad de datos contratada, los operadores ralentizan sus conexiones, pero no les cobran por el exceso de datos, algo que sí hacen Verizon y AT&T.

La polvareda que ha levantado Netflix con estas declaraciones es considerable, y muchos acusan a la compañía de doble moral. Netflix lleva tiempo mostrando apoyo a la Neutralidad de la Red, el concepto que defiende que todo el tráfico de la red debe tratarse de la misma forma, y se ha manifestado repetidas veces en contra de compensar a los proveedores de banda ancha o a los de conectividad móvil por los datos que consumen sus usuarios. Además, sus responsables son conocidos pro no dudar ni un minuto a la hora de desvelar cualquier tipo de discriminación que las proveedoras puedan hacer. Pero claro, las reglas de neutralidad se aplican a los proveedores de Internet, pero no a los proveedores de contenidos como Netflix. Y mientras que defiende a capa y espada la neutralidad de la red, la compañía decide qué velocidad máxima permite a sus clientes en función de la compañía de telefonía móvil que utilicen.

Además de reconocer que es la propia Netflix la que reduce la velocidad de su streaming a clientes de ciertas operadoras, la compañía también ha comentado que está estudiando nuevos sistemas para dar a sus suscriptores más control a la hora de elegir la calidad del vídeo. Además, lanzará en mayo una opción que funcionará a modo de «ahorrador de datos» para móviles y que permitirá a los que lo deseen poder ver vídeo con mayor o menor calidad en función de sus preferencias y los planes de datos contratados. Pero la polémica está servida, y Netflix no sólo ha cabreado a sus usuarios, sino que también ha molestado a las operadoras, que han cargado durante varios días con una culpa que no era suya.

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