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Consejos de un emprendedor para emprendedores

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Emprendedor

Emprender suena bien. Ser entrepreneur, founder y demás no solo mola bastante, además es un interesante plan alternativo a un mercado laboral que, aunque parece dar señales de recuperación tras unos años horribles, todavía dista mucho de estar en su mejor momento. Sin embargo no es ya que no sea sencillo, es que en realidad es todavía mucho más complicado de lo que pueda parecer. Así, es interesante escuchar con atención los consejos que recibimos a este respecto, si bien hay que saber filtrar un poco. Por ejemplo, hace unos días te hablábamos de la particular opinión de Marissa Mayer al respecto, y que se resume en que es, casi exclusivamente, cuestión de «echar horas». Hoy, Recode dedica un artículo a los consejos de Jeff Haynie, que lleva más de 20 años en la vanguardia de las start-ups. Estos son los cinco puntos en los que afirma que hay que poner el foco.

1 – Monetiza, cuanto antes mejor: Durante mucho tiempo, se ha confiado en el mantra que afirma «primero el crecimiento, luego el dinero». Es decir, que al principio solo hay que preocuparse en crecer en volumen de usuarios, y que alcanzada la masa crítica, ya llegará el momento de empezar a ganar dinero con los mismos. Sin embargo, y según su experiencia, en muchas ocasiones es difícil, una vez alcanzada la escala deseada, lograr que muchos usuarios pasen de modelos freemium a otros de pago. Retrasar en demasía la monetización del producto o servicio, incrementará la resistencia de los usuarios a aceptar por pagar por algo que, hasta ese momento, ha sido gratuito. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, Facebook o Twitter pretendieran, a estas alturas, empezar a cobrar por sus servicios? Sí, el efecto sería tan letal como puedes imaginar.

2 – Crecimiento «lento»: A todos nos ciegan un poco esos casos de start-ups que escalan a velocidad de vértigo. Y hay algunos casos (aunque pocos, la verdad) de un éxito sostenido tras un crecimiento de ese tipo. El problema es que, en la mayoría de los casos, las estructuras internas de dichas compañías no se adaptan, de manera adecuada, a dicho crecimiento, lo que da lugar a que, al final, la estructura de un gran rascacielos se sostiene sobre un castillo de naipes. Para Haynie es mejor un crecimiento gradual, que vaya consolidando cada salto, y que muestre una estructura sólida para sostener todo.

3 – Cuidado con el gasto: Otra imagen común de muchas start-ups, especialmente cuando empiezan a recibir sus primeras inversiones, es el gasto desmedido: oficinas que parecen SPAs de lujo, equipos y sistemas que hacen palidecer de envidia a los de cualquier otra empresa… gastos, gastos y más gastos. Y el problema es que muchos de esos gastos, totalmente prescindibles, son lamentados a posteriori, cuando ese dinero (que ya se ha gastado) sería necesario para invertir en el futuro de la start-up. No hablamos de tener a «los hombres de negro» las 24 horas en la oficina, pero lo cierto es que contar con la asesoría de inversores puede ayudar a poner los pies en la tierra, en un momento en el que es muy fácil dejarse llevar por la emoción y gastar a a lo loco. Dinero en el banco es igual a tener más opciones.

4 – No pretendas hacerlo todo: Tu start-up es tu creación, así que es más que probable que desees controlar hasta el último aspecto de la misma. Sin embargo, hay determinados aspectos de la misma que pueden robarte un tiempo vital, y que es más sensato que delegues en terceras personas, o que subcontrates. El outsourcing no muerde y, en la mayoría de las ocasiones, te permitirá centrarte en lo verdaderamente importante: hacer que tu empresa crezca. Ojo, puede parecer que este consejo rivaliza con el anterior (el control de gastos), pero a este respecto es imprescindible distinguir entre gasto necesario y gasto superfluo, por lo tanto, prescindible.

5 – Mídelo todo: Hay una frase muy común, y que todo emprendedor debe recordar siempre: «Lo que no se puede medir, no se puede mejorar». En algunos casos se pueden aplicar métricas más que conocidas, mientras que en otros casos tendrás que desarrollar las tuyas propias, y esto puede ser complicado. Sin embargo, hacerlo es imprescindible para poder evaluar correctamente qué está funcionando bien, qué aspectos son mejorables, y dónde hay agujeros que conviene tapar lo antes posible.

 

Imagen: Eibt

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