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Toshiba podría volver a posponer su presentación de resultados

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Toshiba

Que a Toshiba no le salen las cuentas es algo que ya sabemos desde hace tiempo. Su «aventura nuclear», por la que pretendía poner en marcha varias centrales de este tipo en Estados Unidos a través de su división Westinghouse Electric se ha convertido, como ya planteábamos hace algunos días, en la que probablemente sea la peor decisión de toda su más que centenaria historia. Sobrecostes, retrasos y otra serie de problemas han obligado a la compañía a llevar a cabo una reducción de capital por valor de 6.300 millones de dólares, forzó al entonces director del grupo, Shigenori Shiga,presentar su dimisión y, finalmente, hace solo unos días, ha obligado a la junta directiva a dar luz verde a los planes para declarar su filial nuclear en quiebra.

Pero aquí no acaban los problemas para Toshiba. Además de tener que afrontar un proceso complejo, y que todavía puede costarle bastante más dinero al grupo, la Agencia Reuters informa hoy de un nuevo y más que probable retraso en la presentación de cuentas por parte de la compañía. Y aunque esto puede no parecer un gran problema, sí que lo es si tenemos en cuenta que este no sería el primero, ni siquiera el segundo, estaríamos hablando del tercer retraso en hacer públicos sus números, algo que genera una terrible incertidumbre sobre cuál será la situación económica de la compañía en la actualidad. Se entiende, en cierta medida, que con la reciente aprobación de la declaración de bancarrota, sea necesario volver a hacer algunas cuentas, pero si lo analizamos con un poco más de profundidad, está claro que cuando la junta directiva ha aprobado el proceso es porque ya habían podido ver las cuentas revisadas, y en las que ya se contemplarán los costes del cierre.

Así pues, es probable que lo que está esperando Toshiba para presentar sus resultados sea un rayo de sol entre tantas nubes. Es decir, la entrada de ingresos, posiblemente por el acuerdo de venta de gran parte de su división de chips de memoria. El problema es que, al hablar de una operación de este tamaño, y en la que además (en algunos supuestos), puede ser necesario que las autoridades públicas aprueben la operación. Además, según fuentes citadas por la agencia, PriceWarehouseCoopers, auditora de las cuentas del grupo, ha solicitado más información relativas al ejercicio fiscal de 2016. No obstante, dichas fuentes hablan de datos relativos al primer trimestre, mientras que los que la empresa está posponiendo son los del cuarto.

En cualquiera de los casos, los mercados tampoco parecen confiar ya en la compañía, hasta el punto de que los parqués asiáticos (los primeros en iniciar la actividad por la diferencia horaria) ya han inflingido un fuerte castigo a sus títulos, que a primera hora ya caían un 9,4% en Tokio. Más adelante, en la sesión, la caída se moderó hasta un 4%, si bien fue en contra de la tendencia del mercado asiático, con un Nikkei al alza durante toda la sesión. Lo más preocupante es que esto ocurre simplemente ante la posibilidad del retraso, ¿qué ocurrirá si este finalmente se produce? Puede que, con esta pérdida, los mercados ya asuman el retraso y, por lo tanto, no haya grandes movimientos cuando se anuncie el mismo, pero también cabe la posibilidad de que las posturas que hemos visto hoy sean moderadas, y que el miedo real llegue más adelante.

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