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Western Digital tomará medidas legales para impedir la venta de la división de chips de Toshiba

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Western Digital acaba de escribir otro capítulo del culebrón en el que se está convirtiendo la venta de la división de chips de Toshiba. El grupo japonés, que necesita vender esta división cuanto antes para poder salir a flote después de la crisis ocasionada por los retrasos en la construcción de dos plantas nucleares en Estados Unidos, tiene varias ofertas por ella en espera debido a la insistencia de uno de ellos, Western Digital, de que no la venta sin su beneplácito, porque probablemente quieren que se lo venda a ellos.

Western Digital y Toshiba tienen una empresa conjunta con la que gestionan de forma conjunta la principal planta de semiconductores de Toshiba, y naturalmente ha hecho una oferta por su división de chips. Pero no es la más alta. Le superan, por ejemplo, Foxconn y Broadcom. Por lo tanto, tiene pocas probabilidades de que Toshiba se decida por ellos. Así que ha decidido jugar sus cartas, que según Reuters parecen pasar por bloquear la venta buscando el arbitraje internacional del proceso, de forma que Toshiba no pueda vender la división sin su consentimiento.

La compañía estadounidense es perfectamente consciente de que con este movimiento, Toshiba tardará más en poder vender la división de la que necesita desprenderse. Además, una batalla legal como la que quiere emprender Western Digital podría acabar con el proceso que ha iniciado Toshiba de cara a la venta, que de salirle bien le puede llevar a hacerse con 18.000 millones de dólares.

El grupo estadounidense ha iniciado los procedimientos de solicitud de arbitraje en la Cámara de Comercio Internacional. En ellos pide que Toshiba dé marcha atrás en el proceso de colocar los activos de la empresa mixta que tiene con Western Digital en otra nueva, denominada Toshiba Memory, y que se abstenga de hacer cualquier venta sin contar con el consentimiento de Western Digital.

El CEO de la compañía estadounidense, Steve Milligan, ha declarado al respecto de las acciones legales que han emprendido, que los esfuerzos de Western Digital «para conseguir una solución han resultado infructuosos hasta ahora, por lo que creemos que las medidas legales son ahora un necesario siguiente paso«. En cuanto al CEO de Toshiba, Satoshi Tsunakawa, ha declarado que las quejas de Western Digital no tienen fundamento, y que seguirían adelante con la venta, que sigue adelante con los planes de completar la segunda ronda de pujas el próximo viernes.

Además, desde Toshiba aseguran que ninguna de las partes puede bloquear un cambio de control por parte de la otra. Según la compañía, la propia Western Digital compró los intereses en la empresa mixta cuando compró SanDisk, y nunca ha pedido ni recibido la aprobación de Toshiba. Pero los estadounidenses alegan a este respecto que el contrato que tienen sólo permite a Toshiba no pedir autorización si un tercero compra todo el grupo.

Según opinan en Toshiba, la mejor opción para este venta sería la que han puesto sobre la mesa el grupo compuesto por KKR y varios inversores respaldados por el gobierno japonés. Las autoridades niponas incluso han propuesto a Western Digital que se una a su grupo como inversor minoritario, pero la compañía californiana ha rechazado esta oferta, alegando que necesita tener el control de la unidad para poder ocuparse completamente de las operaciones.

Este paso adelante de Western Digital podría precipitar la materialización de la amenaza que Toshiba hizo hace unos días: prohibir el acceso a los empleados de la estadounidense de la planta que gestionan conjuntamente, así como a sus bases de datos. La decisión podría tomarse este mismo martes. Eso sí, esta medida no afectaría a las operaciones de la empresa mixta porque no se aplicará a los trabajadores de SanDisk.

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