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Papel de mala calidad y problemas de impresión, todo lo que debes saber

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Cuando utilizamos papel de mala calidad para imprimir estamos asumiendo un riesgo muy grave, ya que dicho elemento es la base sobre la que se realizan los trabajos de impresión y de él depende en gran medida la calidad de nuestros documentos e imágenes.

La utilización de papel de mala calidad es algo que por desgracia se da con demasiada frecuencia con la intención de reducir costes, a fin de cuentas es más barato y creemos que por eso nos ayudará a reducir costes de impresión, pero en realidad ocurre todo lo contrario.

Con un papel de baja calidad no tendremos una base adecuada para que nuestras impresiones cumplan con ese mínimo de calidad que necesitamos, una situación que nos llevará a sufrir una serie de fallos que afectarán negativamente a los costes de nuestra empresa y también al flujo de trabajo.

¿Qué consecuencias puede tener el uso de una papel de mala calidad?

Muchas y muy graves, pero las podemos resumir en cuatro grandes puntos que vamos a ver a continuación:

  1. El papel barato tiene normalmente un gramaje muy bajo lo que supone que es un papel demasiado delgado que puede causar problemas de enrollado u ondulado al imprimir, lo que acaba produciendo atascos de papel e interrumpiendo el flujo de trabajo.
  2. Las  sombras en los caracteres impresos también son un problema habitual, ya que un papel de mala calidad no absorbe adecuadamente la tinta o el tóner. En algunos casos extremos, muy poco frecuentas pero reales, el papel puede llegar a no absorber en absoluto la impresión que se aplica sobre él produciendo un auténtico desastre en la impresora.
  3. Si el papel no tiene una rigidez mínima no se mantendrá estable durante el proceso de impresión, de forma que la imagen y/o el texto saldrán torcidos y la impresión no se podrá aprovechar. Tendremos que tirar la hoja y volver a imprimir.
  4. También es posible que por la mala absorción aparezcan colores poco realistas y precisos que no consigan reflejar adecuadamente lo que queríamos imprimir. A esto debemos unir la posible aparición de caracteres distorsionados, bordes o texto incompleto, colores claros, apagados y/o descoloridos, zonas poco claras o borrosas y manchas y sombras en la impresión.

Para asegurar la máxima calidad de impresión y mantener un entorno de trabajo totalmente optimizado es fundamental apostar por un papel de calidad, y deberemos acompañarlo de consumibles originales HP.

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