Inteligencia artificial que piensa como un perro, un avance importante

No hay duda de que inteligencia artificial (IA) y robótica son dos categorías que están muy unidas. La primera se puede definir como la esencia y la segunda como la «carcasa» que la contiene. Lo expertos  saben que este dúo tiene mucho potencial pendiente y siguen trabajando para encontrar una manera de liberarlo.

Una de las últimas novedades para potenciar esa unión entre robótica e inteligencia artificial nos llega de la mano de los científicos de la Universidad de Washington y los expertos del Allen Institute for AI («Instituto Allen para IA»), que han sido capaces de entrenar redes neuronales para que sean capaces de interpretar y predecir el comportamiento de los perros. A primera vista puede parecer poco importante pero la realidad es totalmente distinta, ya que creen que esto podría ayudarles a entrenar mejor a futuros sistemas de inteligencia artificial, incluidos aquellos que se utilizan como sistema de control en robots.

El proceso de aprendizaje profundo de esas redes neurales resultó complicado ya que tuvieron que recopilar datos reales de diferentes perros para proceder a su posterior volcado sobre el sistema, pero los resultados fueron muy prometedores ya que fue capaz predecir comportamientos determinados aplicados no sólo a reacciones y conductas concretas, sino también a movimientos complejos que implicaban la utilización de varias partes del cuerpo.

Lo que han obtenido no es ni de lejos tan complejo como una recreación parcial de la conciencia de un perro. Según Kiana Ehsani, principal responsable del estudio, los resultados obtenidos por el sistema fueron muy precisos pero sólo en interacciones (ráfagas) muy cortas y sencillas, lo que significa que aunque funciona en su estado actual resulta bastante limitado.

Con todo es un primer paso muy importante, ya que una inteligencia artificial capaz de pensar como un perro podría reaccionar de forma consciente y efectiva ante diferentes obstáculos y resolver problemas simples. Esto aplicado a un robot permitiría por ejemplo dar forma a un cuadrúpedo capaz de llevar paquetes de un lado a otro de un almacén sin importar los problemas que encuentre por el camino (unas escaleras por ejemplo).