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Hacia un futuro hiperconvergente: preparados para la Hiperconvergencia como Servicio

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Adoptar sistemas hiperconvergentes (HCI) se han convertido en una de las principales tendencias TI en 2020. Y es que como reconocen la mayoría de los responsables de TI, estos sistemas que aúnan capacidad de cálculo, almacenamiento y comunicaciones tienen ventajas evidentes: son más sencillos de mantener y gestionar, permiten escalar con suma facilidad y se integran sin problemas con todo tipo de sistemas cloud. Por si esto fuera poco, los HCI proporcionan a las compañías la siguiente gran generación de soluciones de almacenamiento gracias a características avanzadas de recuperación ante desastres, gestión de backup o compresión y deduplicación de datos.

Como ya vimos en “Hiperconvergencia: del todo incluido al Do It Yourself”, hasta ahora los fabricantes vienen proponiendo dos tipos de sistemas hiperconvergentes a las empresas: soluciones de hardware all in-one “llave en mano”; o una HCI definida por software en el que el cliente tiene más opciones y flexibilidad a la hora de determinar sobre qué sistemas quiere desplegar su solución hiperconvergente.

Y decimos hasta ahora, porque cada vez más, las empresas están empujando hacia una nueva modalidad: la de ofrecer hiperconvergencia como servicio (HCIaaS). En este escenario, los fabricantes prometen a las compañías una oferta en la que reducirían tanto sus gastos financieros (no requiere una inversión inicial), como los operativos (paga solo por lo que consumes). Compañías como VMware, Nutanix, Dell o HPE han comenzado a ofrecerlo a sus clientes, prometiéndoles además encargarse de la gestión y el mantenimiento de la infraestructura.

Así, si hasta ahora lo más habitual era que las compañías que no contasen con personal especializado en el mantenimiento de su infraestructura HCI, recurriesen habitualmente a un partner externo, que ofrecía esa capacidad como servicio, a partir de ahora son los propios fabricantes los que en muchos casos van a asumir ese rol. En esencia, para muchas empresas, el HCI como servicio representará toda una disrupción, ya que elimina la necesidad de que la compañía aprovisione, administre y solucione los problemas de infraestructura en su centro de datos.

HCI como servicio en la práctica

¿Cómo se configura la nueva oferta? En la práctica, los fabricantes ofrecen HCIaaS en dos modalidades diferentes: on premises o en nube pública. En ambos casos las compañías hay ventajas que merece la pena destacar.

En la implementación on premises, las compañías se benefician de una mayor velocidad y simplificación a la hora de desplegar la solución, y teniendo en cuenta que cuentan con el apoyo del personal especializado del propio fabricante, también se simplifica la gestión y el mantenimiento de la infraestructura. Dicho de otra forma: los clientes acceden a una infraestructura de nube privada que se entrega como un servicio, accediendo de esta forma también a muchos de los beneficios que obtendrían en la nube pública.

Por otro lado, cuando la estructura HCI se lleva al cloud por otro lado, aunque el cliente puede tener un “menor control” sobre su máquina, los costes de administración se diluyen gracias a las capacidades de automatización y orquestación del fabricante, facilitando que todas estas tareas se ejecuten de forma invisible en segundo plano. A esto hay que unirle otros beneficios del cloud público, como son una mayor agilidad y sobre todo escalabilidad, lo que acorta como consecuencia, los tiempos de producción.

En ambos casos, los clientes pueden gestionar su infraestructura desde una consola centralizada desde la que controlan todos los componentes que forman parte de la solución instalada. A la vez, pueden desplegar y gestionar todas sus máquinas virtuales desde un hipervisor que también se ofrece como servicio y aunque por supuesto cada mes, el fabricante factura a su cliente el uso efectivo de la infraestructura, estos cuentan con la ventaja que no habrán tenido que invertir nada ni en hardware ni en software.

Con todo, HCIaaS puede no ser siempre la mejor idea. Como ocurre en otros casos, esta modalidad de gestión TI puede tener los mismos problemas que muchos asocian a la externalización de la infraestructura tecnológica, como falta de comunicación entre las partes, el ofrecer un servicio excesivamente estandarizado (y sobre cobrar por requerimientos muy concretos) o la dificultad a la hora de deshacerse de un contrato de servicios si el resultado, especialmente al principio, no resulta ser lo que esperaban.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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