La escasez de PCs de sobremesa y portátiles puede mantenerse hasta 2022

Hace más o menos un año, había quien daba al PC prácticamente por muerto. Años de caídas en ventas desde finales de la primera década del siglo habían hecho su mella en el sector. Pero llegó 2020 y la pandemia, y con ella la obligación de teletrabajar y estudiar a distancia. Entonces nos dimos de narices con la realidad: en muchas casas no había ordenador. O como mucho había uno para toda la familia. Y hacía falta uno para que cada persona pudiese trabajar o estudiar. O simplemente disfrutar de algún rato de ocio multimedia. Las ventas de equipos entonces crecieron como la espuma, y llegaron las dificultades para la compra de PCs, puesto que la demanda superaba a la oferta. Se ha impuesto una escasez que lejos de terminar parece que va a prolongarse varios meses más. Incluso, según Techradar, podría extenderse hasta 2022.

Después de un año en el que las ventas de ordenadores han sido las más altas desde 2008, llegando a los 300 millones de unidades, 2021 podría por tanto plantear dificultades, tanto a consumidores como a empresas, a la hora de comprar nuevos equipos. Esto se debe a que las compañías que los fabrican tienen que responder a un aumento más que notable de la demanda, y adaptar a ello sus cadenas de suministro, fabricación de equipos y distribución.

Los mismos problemas que también están atravesando las compañías que se dedican a fabricar componentes y chips para PCs, que también han tenido que adaptarse a una mayor demanda a marchas forzadas. No siempre lo consiguen, lo que deriva en escasez de componentes, que a su vez dificulta el suministro de ordenadores para cubrir toda la demanda. Todo a punto de entrar en un año en el que según varias previsiones, las ventas de equipos volverán a alcanzar cifras de récord, tras un año en el que han subido un 15% con respecto a 2019.

Según Canalys, el número de PCs y tablets en funcionamiento a finales de 2021 llegará a los 1.770 millones de unidades, frente a los 1.640 millones que había a finales de 2018. Por tanto, el mercado seguirá tirando de los fabricantes de equipos, que durante 2020 ya se han visto obligados a añadir más proveedores de componentes para cubrir la demanda. Además, también han acelerado los envíos, y ya han anunciado varios nuevos modelos que verán la luz en 2021.

A pesar de los esfuerzos, no parece que estos vayan a ser suficientes para que puedan cubrir toda la demanda, y de hecho hay fabricantes que llevan meses de retraso con sus pedidos. Esto quiere decir que comprar nuevos equipos o sustituir los que se averíen va a resultar complicado también este año.