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¿Estás listo para dar el salto al Low-Code?

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Low-code y No-code, la llave para crear aplicaciones casi sin saber programar

El low-code está de moda. Ya os adelantamos las estimaciones que hacía Gartner: el sector se prepara para unos ingresos de 11.300 millones de dólares en 2021 y se espera un crecimiento de más del 25% con respecto al año pasado.

Y es normal. Hasta no hace mucho, el desarrollo de aplicaciones y programas, e incluso de páginas web, estaba reservado a programadores con amplios conocimientos de desarrollo. Pero de un tiempo a esta parte se están multiplicando las plataformas que permiten a empresas, organizaciones y particulares el desarrollo de aplicaciones de diverso nivel de complejidad con muy pocos conocimientos, e incluso sin tener ni idea de programar.

Ahora bien, ¿son las que más le convienen a tu empresa o a tu departamento IT? ¿Pueden suponer un antes y un después para tu negocio? Como casi siempre ocurre en estos casos, conviene ser cautos. Porque es cierto que estas plataformas presentan oportunidades que desde luego no deberíamos dejar pasar por alto…pero también algunos riesgos.

Por qué deberías darles una oportunidad…

Aunque es cierto que las plataformas Low-Code aún tienen ese «no sé qué nuevo», que provoca que en muchos departamentos de TI se las observe con cierta sospecha, es importante tener en cuenta que hay beneficios reales muy importantes si la tecnología se implementa de la manera adecuada. Algunos de los más interesantes y que deberían tenerse en cuenta son los siguientes:

Reducción de costes: Los usuarios de estas plataformas permiten reducir la conocida como deuda técnica (o deuda de diseño). Al escribir sus propias aplicaciones en una plataforma consolidada, los usuarios ahorran los costes de la reelaboración o refactorización, que casi siempre es necesaria cuando se adopta un enfoque tradicional en el desarrollo de software.

Innovación: La facilidad con la que este tipo de plataformas permiten desarrollar nuevas aplicaciones, supone un acicate a la innovación, facilitando poner en marcha nuevos proyectos y demostrar su validez de forma prácticamente inmediata.

Experiencia de usuario: Algunas de estas plataformas son capaces de ofrecer una mejor experiencia de usuario que los entornos de desarrollo tradicionales. Además, la facilidad con la que se puede obtener un feedback de las ideas que se ponen en marcha, facilitan mantener «conversaciones fluidas» dentro del departamento de TI sobre los objetivos que se quieren conseguir y la mejor manera de hacerlo.

Y prepararte para los desafíos que se van a presentar

Por supuesto, a la hora de considerar la adopción de plataformas low-code o no-code hay que tener en cuenta que se van a presentar ciertos desafíos, sobre todo en un momento como en el actual, con tanta «mar de fondo» en el mercado…lo que puede dificultar tomar la decisión más adecuada.

Esto no quiere decir que esos desafíos no se puedan superar. Estos son algunos de los principales obstáculos que vamos a tener que considerar antes de dar el salto.

Resistencia al cambio: Cuesta cambiar. Especialmente en una profesión, la de los desarrolladores, que aboga por eso de «si funciona, no lo toques».

Y es perfectamente comprensible que profesionales con experiencia en el desarrollo de de aplicaciones en lenguajes complejos como React, Angular o Full Stack vean el auge de las plataformas low-code más como una moda pasajera, o como algo con lo que «jugar» más que como un entorno de desarrollo que se pueda comparar con los más complejos y con los que están acostumbrados a trabajar.

De hecho, muchos desarrolladores se niegan a considerar este tipo de plataformas como una alternativa real a Full Stack…ya que esa resistencia al cambio va a suponer «desaprender lo aprendido» para comenzar a trabajar con una nueva herramienta. Y aquí hay un riesgo que hay que considerar.

Curva de aprendizaje: Al ser plataformas de desarrollo que se abren a nuevos profesionales, las empresas se van a encontrar con un nuevo grupo de usuarios que no son ni desarrolladores, ni expertos a la hora de tomar decisiones de negocio. Y encajar esta nueva fuerza laboral en la empresa puede ser complicado.

De repente se pueden presentar variables que no se habían considerado como ¿de qué forma encaja este tipo de profesionales en el departamento IT? ¿tienen conocimientos suficientes como para poder trabajar en otros proyectos más complejos?

Si por otro lado, se abren estas plataformas para su uso en otros departamentos, hay que tener en cuenta que aunque sea relativamente suave, va a haber una curva de aprendizaje a la hora de incorporar estas plataformas a todo tipo de procesos y que superarla puede llevar cierto tiempo.

¿Cuál es la mejor plataforma? Finalmente, también es importante tener en cuenta el complejo ecosistema de proveedores que compiten entre sí. ¿En qué plataforma de low-code nos conviene invertir…en un momento en el que aún no hay un líder destacado en el mercado?

Porque si nos precipitamos, corremos el riesgo de acabar «encerrados» en una solución propietaria que finalmente puede que no nos ofrezca todo lo que prometía en un primer momento y de la que, finalmente, sea difícil desprenderse.

Y en lado de las plataformas Open-Source, tal vez convenga esperar un tiempo antes de que se materialice esa apuesta clara y a la que va acabar sumándose la mayor parte de la comunidad de desarrolladores y profesionales. Finalmente también hay que considerar y analizar con cuidado el coste como un factor diferencial, teniendo en cuenta que en estos momentos, las nuevas plataformas emergentes tampoco son baratas.

Como muchas veces solemos aconsejar en estos casos, puede ser interesante darle una oportunidad a este tipo de plataformas, pero empezar poco a poco, sin una apuesta arriesgada de la que nos podamos arrepentir más adelante.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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