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Malas previsiones para el sector de la memoria gráfica por la caída de las criptodivisas
La COVID-19, y el confinamiento forzado que vivimos a nivel internacional, propiciaron un importante aumento de la demanda de productos tecnológicos. Esto hizo que los componentes necesarios para fabricarlos escasearan, y que acabaran sufriendo una importante subida de precio que se dejó notar en muchos frentes. En este sentido, la memoria gráfica fue, sin duda, uno de los componentes más afectados.
Para entender por qué decimos que la memoria gráfica fue uno de los componentes más afectados, es necesario recordar el enorme crecimiento que vivieron recientemente las criptodivisas, lo que derivó en un desarrollo enorme de la minería de este tipo de activos. Dicha minería se lleva a cabo utilizando tarjetas gráficas, y estas utilizan, obviamente, memoria gráfica. La demanda de tarjetas gráficas durante ese «boom» del minado de criptodivisas ha sido tan grande que era prácticamente imposible encontrar stock, y los precios de las tarjetas gráficas más deseadas se acabaron multiplicando, en algunos casos, por tres.
Al incrementarse la demanda de tarjetas gráficas, el precio de la memoria gráfica mantuvo una tendencia ascendente que ahora, tras el pinchazo de las criptodivisas y la clara pérdida de interés alrededor del minado de dichos activos, se revertirá por completo. Según las últimas previsiones de TrendForce, se espera que el precio de la memoria gráfica se mantenga plano en el último trimestre del año, un dato que puede parecer incluso positivo, pero que desentona totalmente con el aumento de hasta un 25% que tuvo en el segundo trimestre de 2021, y con la subida de entre un 10% y un 15% de este trimestre en el que nos encontramos.
Si la situación no cambia, el precio de la memoria gráfica podría bajar considerablemente en el primer trimestre de 2022, aunque la entidad de esa bajada dependerá de muchos factores. Entre ellos podemos destacar dos, la inundación del mercado de segunda mano de tarjetas gráficas usadas para minería, que acabará afectando a la demanda de tarjetas gráficas nuevas, y también la demanda de los principales fabricantes de tarjetas gráficas.
Tras la tormenta está empezando a llegar la calma. Es cierto que el sector de los semiconductores todavía se encuentra en una situación complicada debido a la alta demanda, y a la incapacidad de los grandes fabricantes de aumentar su producción a corto plazo, pero poco a poco esa anomalía que provocó en el sector la segunda burbuja de las criptodivisas se está disipando, y es solo cuestión de tiempo hasta que las aguas empiecen a volver a su cauce.
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