Baikal-S, un procesador basado en ARM que integra un coprocesador RISC-V

El Baikal-S se presenta como un procesador de alto rendimiento para servidores muy interesante, ya que utiliza la arquitectura ARM, está configurado con un total de 48 núcleos, y cuenta con un coprocesador RISC-V que realiza funciones tan importantes como el arranque seguro y la gestión de otros aspectos clave del chip. Esto quiere decir que presenta un diseño totalmente personalizado, pero además es altamente escalable.

Baikal Electronics ha ofrecido numerosos detalles sobre el Baikal-S, y gracias a ello hemos podido confirmar que este chip tiene una frecuencia base de 2 GHz, aunque puede alcanzar los 2,5 GHz gracias al modo turbo. Su TDP es de 120 vatios, una cifra muy buena si tenemos en cuenta que se trata de un chip de 48 núcleos.

En términos de rendimiento, el Baikal-S está al nivel de un AMD EPYC 7351, un chip de 16 núcleos y 32 hilos basado en la arquitectura Zen a 2,9 GHz, y según la compañía rusa también es comparable con el Intel Xeon Gold 6148, basado en la arquitectura Skylake y equipado con 20 núcleos y 40 hilos (trabajando a 2,4 GHz), aunque rinde un 15% menos que el Huawei Kunpeng 920, algo muy curioso ya que este último utiliza también la arquitectura ARM, y tiene una configuración de 48 núcleos. Esa diferencia de rendimiento se debería, en teoría, a que este último tiene una frecuencia un poco más alta (2,6 GHz).

El Baikal-S utiliza núcleos Cortex-A75, y se puede integrar en configuraciones de hasta cuatro sockets, lo que significa que puede escalar a una configuración máxima de 192 núcleos. La producción de este chip ya ha comenzado, y se espera que para 2022 alcance las 10.000 unidades fabricadas, cifra que, en 2023, ascendería a 30.000 unidades.

Si lo comparamos con lo que tienen en el mercado actualmente otras compañías como Intel o AMD, está claro que el Baikal-S está en una clara posición de inferioridad, al menos en términos de potencia bruta, pero representa un importante avance para el sector tecnológico ruso (a nivel doméstico), y demuestra, al mismo tiempo, el potencial y la versatilidad que tienen las arquitecturas ARM y RISC-V. No veremos implementaciones del Baikal-S en occidente, pero podría servir a Rusia como punta de lanza para encarrilar el desarrollo futuro de chips más avanzados y competitivos a nivel local.