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Google en 2018: pagó más dinero en multas que en impuestos

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Hablar de Google es hacer referencia uno de los gigantes tecnológicos más importantes del mundo, pero también implica hablar de ingeniería fiscal para reducir el pago de impuestos, de movimientos a paraísos fiscales y de multas.

Nada desconocido, y nada que sea exclusivo del gigante de Mountain View. Google no está sola en este saco, otros grandes como Facebook también recurren a la ingeniería fiscal y han recibido cuantiosas multas en Europa, sobre todo tras la implantación del GDPR, pero lo curioso es que la firma de Mountain View cerró un 2018 en el que acabó pagando más dinero en multas que en impuestos.

Así de contundentes son los datos que ha cotejado Computing. Alphabet, la empresa matriz de Google, terminó 2018 con unos ingresos totales de 136.800 millones de dólares, una cifra impresionante que confirma que el gigante estadounidense sigue siendo una máquina de hacer dinero.

De esos ingresos Alphabet redujo casi 5.100 millones de dólares, que quedaron incluidos en el apartado de «cifras y gastos», una cifra que representa los pagos realizados por Google como consecuencia de multas impuestas por la Comisión Europea. Es una cantidad enorme, pero lo realmente interesante es que supera de largo el dinero que la compañía pagó en 2018 en concepto de impuestos.

En total los impuestos que Alphabet tuvo que pagar en 2018 ascendieron a casi 4.200 millones de dólares. Haciendo una simple resta vemos que el gigante estadounidense ha pagado 900 millones de dólares más en multas que en impuestos.

Haciendo una rápida recapitulación de las sanciones que han generado esa enorme cantidad de dinero en multas nos encontramos con la establecida en 2018 como consecuencia del abuso de posición dominante con Android, un castigo ejemplar que ascendió a 4.300 millones de euros.

Google no tiene estos problemas en Estados Unidos, un país que sigue representando para la compañía su mayor fuente de ingresos. La aprobación del GDPR y las investigaciones por monopolio y abuso de posición dominante han llevado al gigante de Mountain View a encarar situaciones tensas, tanto que incluso ha barajado el cierre de algunos de sus servicios.

Con todo está claro que salir de la Unión Europea no es una opción para Google, así que a la compañía estadounidense no le queda más opción que asimilar las normativas comunitarias y adaptarse a las demandas de la Comisión si no quiere tener que hacer nuevos desembolsos mil millonarios.

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