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Las pastillas, el secreto de muchos de los emprendedores de Silicon Valley
Silicon Valley, el Valle del Silicio, la cuna de la tecnología moderna, también apunta maneras para convertirse en una de las sedes de la nueva medicina.
Dave Asprey tiene 41 años, vive en California y cada mañana se toma un «combinado» de pastillas con la esperanza de que estos suplementos le aporten una mayor ventaja competitiva en el abarrotado mercado de Silicon Valley.
Según leemos en CNN, este cóctel está formado por una serie de «drogas inteligentes», que son capaces de mejorar las funciones cerebrales y su rendimiento. Estos suplementos naturales también son conocidos como «nootropicos«, y sus nombres comerciales son Piracetam, Aniracetam, CILTEP, Methyl y Cobalamin.
«Cada una tiene un beneficio diferente» declaraba Asprey a la CNN. «Una puede ayudar a mejorar la memoria, otra te ayuda a concentrarte. Una de estas pastillas mejora la visión y otra promete una mayor energía. Todas tienen el mismo objetivo, ayudarte a maximizar tu potencial«.
Ocasionalmente Asprey combina estas pastillas con Modafinil, un anti-narcoléptico que en personas sanas consigue mantenerlos en vela toda la noche y trabaja sin parar.
Modafinil es para la gente que «necesita un estimulante para pasar de la fecha límite. Necesitan estar en ello sin interrupción durante meses incluso años al mismo tiempo«, explica Robert Kolker, otro emprendedor, al New York Magazine.
La idea que tienen estos emprendedores, ingenieros, programadores y desarrolladores es que con los suplementos adecuados, podemos conquistar los límites de nuestro cuerpo. Por ejemplo, conseguir pasar una noche en vela escribiendo código durante 19 horas sin parar.
«Antes llevaba una vida para reconfigurar el cuerpo humano y la mente de esta manera. La tecnología ha cambiado la las reglas» escribe Asprey en LinkedIn «Esto es real. Es lo que pasa cuando hackeas el cuerpo humano de la misma forma que lo harías con un website. Esto es lo que puedo hacer y lo hago«.
Eso si, las drogas inteligentes no son baratas. Asprey calcula que puede haberse gastado cerca de 300.000 dólares en los últimos 15 años, todo ello para «hackear su propia biología», y además según aumenta la fama de estas pastillas, aumenta su comercialización, tipología de pastillas y su precio.
Pero para Asprey y otros como el, merece la pena. No importa el precio, ni los posibles efectos secundarios ya que con ellos pueden llevar una vida de mayor calidad.
«Al igual que un atleta olímpico que está dispuesto a hacer casi cualquier cosa, incluso si acorta su vida en cinco años… En la mente de las personas la diferencia entre fallar y conseguir miles de millones de dólares está aquí» determina Tom Ferris, otro emprendedor e inversor de Silicon Valley.
Segunda Imagen: mattza/Flicrk
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