Samsung compra Harman, apostando fuertemente por la automoción

Samsung Electronics ha confirmado que ha llegado a un acuerdo para comprar la compañía Harman International Industries por un precio que ronda los 8.000 millones de dólares. Harman, conocido sobre todo por la fabricación de equipos de audio (es el fabricante de marcas como Harman Kardon, Infinity, JBL o Bowers & Wilkins), cuenta también con una presencia destacada en el campo del desarrollo de equipamiento para coches conectados, un sector que crecerá exponencialmente en los próximos años, ya que se prevé que, en 2020, haya 200 millones de estos vehículos en circulación.

De hecho, aunque para los ajenos al mundo del automóvil no lo parezca, la mayor parte de los ingresos de Harman vienen de este sector. Sólo durante el pasado año, el 65% de las ventas de la compañía, según Techcrunch, procedieron del sector de los coches, totalizando un total de 7.000 millones de dólares de ingresos solo de este área. Y según Samsung, sus productos están instalados en unos 30 millones de vehículos en todo el mundo.

La compañía surcoreana ha confirmado en un comunicado que la transacción de esta operación se realizará íntegramente en metálico, y que pagará 112 dólares por cada una de las acciones de Harman, un precio un 28% superior al valor alcanzado por las acciones de la empresa al cierre de los mercados la semana: 87,65 dólares por título. Se espera que la operación se cierre hacia mediados del próximo año 2017. A partir de entonces, Harman funcionará como una filial de Samsung, y Dinesh Paliwal, su CEO actual, continuará al frente de la misma. Además, Samsung espera sumar su división de electrónica con la de audio de Harman, tanto de cara al sector de consumo como al profesional.

Lo mismo sucederá con su área de dispositivos conectados. En concreto, Samsung planea utilizar la experiencia de los 8.000 desarrolladores que actualmente trabajan para Harman para desarrollar la próxima generación de experiencias para empresa y consumidor basadas en la nube, así como servicios para el mercado de la automoción, en base a la convergencia del diseño, los datos y los dispositivos.

Con esta compra, Samsung pone de manifiesto su interés por el mundo de los coches, en un momento en el que su división dedicada a la telefonía móvil ha sufrido un fuerte revés por los problemas con el Note 7, que ha tenido que retirar del mercado definitivamente. Además, espera recuperar terreno en el campo del ocio conectado en el coche, sector en el que está muy por detrás de Google y Apple, que cuentan respectivamente con los sistemas Android Auto y Apple CarPlay.