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¿Por qué van tan bien las cuentas de Samsung?

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Chip memoria flash samsung

Los últimos tiempos no han sido particularmente positivos para Samsung. Y es que el gigante surcoreano, que se ha tenido que enfrentar durante los últimos doce meses a tener que retirar del mercado su Galaxy Note 7, problemas que a posteriori se extendieron a otros dispositivos y, por si todo esto fuera poco, comenzó 2017 con unas acusaciones de corrupción muy serias, y que ya le han costado el cargo a varios políticos del país, incluyendo a su expresidenta. Con este panorama, cabría esperar unos resultados económicos… digamos que flojos. Sin embargo, tal y como informa hoy la Agencia Reuters, las previsiones de cierre de su segundo trimestre fiscal apuntan a un beneficio de récord para la compañía: un beneficio operativo de 10.618 millones de euros.

Para hacernos una composición de lugar, probablemente el mejor indicador es comparar este resultado con el obtenido en el mismo periodo del ejercicio anterior, y al hacerlo comprobamos que se ha producido un crecimiento de nada menos que el 72%, un crecimiento que también ha disparado la cotización de los títulos de Samsung. Y es que incluso las previsiones más optimistas, por parte de los analistas, se han visto superadas por los números con los que la compañía estima haber cerrado este segundo trimestre. No obstante, aunque el crecimiento ha sido mayor del esperado, tampoco ha sido una gran sorpresa para los inversores, así como para los conocedores de las operaciones de la compañía. Ahora bien, ¿a qué se deben estos excelentes resultados?

La clave está en la memoria, más concretamente en los integrados de memoria no volátil (flash), un elemento básico en la producción de cada vez más tipos de dispositivos y componentes, y que lleva ya un tiempo experimentando constantes subidas de precio, debido a que la oferta actual no es suficiente como para satisfacer la demanda existente. Esta situación ha dado lugar a rupturas de stock, desabastecimiento, una fiera competición entre fabricantes para hacerse con este recurso cada vez más valioso y, claro, una excelente situación económica para las empresas que se dedican a la producción de estos integrados. Y ese es, precisamente, el caso de Samsung.

El gigante coreano es, a día de hoy, uno de los principales fabricantes de memoria no volátil, una situación que se mantendrá como mínimo hasta finales de 2018 o, más probablemente, hasta bien entrado 2020, cuando la producción china de este tipo de integrados alcance las cotas que se han propuesto, un momento muy esperado por fabricantes de dispositivos, que entienden que supondrá no solo un aumento de la oferta, sino también la consecuente bajada de precios, que a día de hoy suponen un serio handicap, especialmente para los fabricantes de dispositivos como tablets y smartphones de bajo coste.

No obstante, consciente de esa competencia que está por llegar, Samsung ha anunciado su intención de invertir 18.600 millones de dólares en las áreas de I+D y producción de chips de memoria y de pantallas de próxima generación, otro de los mercados en los que Samsung también mantiene una buena posición.

 

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