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La venta de la división de chips de Toshiba a Western Digital, a punto de hacerse realidad

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Después de meses de disputas, parece que la venta de la división de chips de memoria de Toshiba está a punto de hacerse realidad, y la afortunada es la californiana Western Digital. Todo después de varias carambolas que han llevado a que la compañía, que en un principio no era la elegida para quedarse con esta división de chips, vaya a ser finalmente su propietaria. Según parece, el grupo que ha hecho la oferta de compra con el que está negociando ahora Toshiba, del que forma parte Western Digital, abonará unos 17.300 o 17.400 millones de dólares por la filial del grupo japonés. En total, Toshiba recibirá, según Reuters, entre 17.300 y 17.400 millones de dólares por ella.

Las negociaciones que se están llevando a cabo para el cierre de la operación llevan ya varias semanas y son muchos los factores que hacen pensar que están a punto de culminar. Uno es la presencia del CEO de Western Digital en Tokyo. La junta directiva del grupo nipón se va a reunir para tomar una decisión final esta misma semana, y parece que la decisión final podría conocerse a finales de este mismo mes, el 31 de agosto.

La venta de esta división de chips es vital para que Toshiba consiga el dinero necesario para salir de la crisis provocada por el retrasos y los sobrecostes en dos nucleares de Estados Unidos, que llevaron a la bancarrota a su filial estadounidense, Westinghouse. Inicialmente, la compañía eligió la oferta de otro consorcio para vendérsela, pero tras el estancamiento en las negociaciones con él, y las protestas de Western Digital, que al tener una empresa con¡junta con Toshiba para la gestión de una planta de fabricación de chips alegaba que tenía que tener voz y voto en su venta, el grupo japonés decidió finalmente negociar con el grupo de empresas e inversores del que la californiana forma parte para quedarse con el área de chips.

A ello también ha ayudado, eso sí, que la estadounidense decidiera suavizar su postura inicial, mucho más agresiva, y que apostase por no ocupar un puesto directivo en la empresa de llevarse a cabo la venta. Además, sus responsables también han decidido limitar su participación en la nueva compañía, por lo que no tendrán más de un tercio de sus acciones, incluso aunque decidan convertir los bonos que recibirán con la compra de la división de chips en acciones.

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