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Telefónica valora la compra de una parte de Oi, su rival brasileña
Telefónica lleva tiempo tomando medidas destinadas a reducir su tamaño. Entre ellas, la venta de sus filiales en Centroamérica o la de sus centros de datos, aparte de barajar la venta de 50.000 de sus torres de telefonía móvil. Pero la compañía no solo quiere reducir su tamaño, lo que la lleva a conseguir ingresos para reducir su deuda. También quiere crecer, a pesar de lo que indica su plan de reducción de plantilla en España. Eso sí, para ello tiene que realizar operaciones que la vayan a aportar un alto valor añadido. Es lo que podría suceder, según El Confidencial, si decide finalmente comprar una parte de una de sus rivales en Brasil, Oi.
Esta empresa, que en la actualidad está atravesando una etapa complicada tras ser rescatada de la quiebra en 2016, tiene una capitalización en bolsa que ronda los 6.000 millones de euros y una cuota de mercado de casi el 18%. No obstante, en agosto confirmó que sus pérdidas llegaron a superar los 350 millones de euros de abril a junio. Los analistas esperaban unas pérdidas muy inferiores, y las cifras de la operadora han hecho que su futuro preocupe a las autoridades del país.
Con todo, parece que el interés de Telefónica por ella es bastante elevado, y la compañía ya se ha puesto en manos de Morgan Stanley de cara al asesoramiento necesario para valorar en serio su compra. Al menos, de una parte, puesto que dado que Telefónica cuenta con una posición dominante en el mercado brasileño, la entidad reguladora en Brasil que se encargaría de supervisar la operación, Anatel, podría oponerse a la compra total de la compañía. El brasileño es un mercado muy atractivo para Telefónica, ya que supone el 21% de sus ingresos y allí consigue el 23% de su beneficio operativo.
En cualquier caso, el regulador ya ha confirmado que el gobierno brasileño no intervendrá para salvarla. Es la cuarta operadora de Brasil, por detrás de Vivo (marca de Telefónica), TIM (de Telecom Italia) y Claro, controlada por Carlos Slim.
La idea inicial de Oi, que lleva ya unos meses analizando desinversiones para reducir su deuda, era vender sus centros de datos y sus torres de telefonía. Pero su situación ha empeorado drásticamente desde principios de año, y parece que sus accionistas se inclinan por una liquidación ordenada de la compañía tras vender sus divisiones de telefonía. Tanto la fija como la móvil.
Para Telefónica, esta operación sería una buena oportunidad, sobre todo después de que el Senado haya aprobado una nueva Ley de Telecomunicaciones. En su texto queda establecida una reducción de las trabas y restricciones que las operadoras brasileñas tienen para vender activos. Además, desde su aprobación pueden tener la propiedad directa de diversos activos de telecomunicaciones. Además, dadas las cifras del grupo en el país, es muy probable que sus accionistas viesen esta operación con buenos ojos. Esto podría llevar a una revalorización de sus acciones, bastante castigadas en bolsa en los últimos meses.
Foto: Bárbara Eckstein
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