Europa podrá pedir a Facebook la retirada de contenidos ilegales

Facebook es uno de los gigantes tecnológicos más importantes del mundo, pero también es uno de los más polémicos, una realidad que se ha dejado notar especialmente en Europa, donde la compañía ha vuelto a recibir otro importante toque de atención.

Se ha discutido largo y tendido sobre la necesidad de establecer una regulación específica que permita un control, aunque sea parcial, del enorme potencial que tienen los gigantes tecnológicos, pero lo cierto es que es más fácil decirlo que hacerlo. Hay un camino muy complejo y lleno de obstáculos que es necesario recorrer para cumplir ese objetivo, y Europa tiene claro que, cuando se trata de Facebook, no está dispuesta a esperar a completarlo.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha sido muy claro, Facebook queda obligado a retirar contenidos ilegales si recibe una orden directa de eliminarlos, una sentencia que ha sido cuestionada por determinados grupos de juristas y organizaciones que creen que esta resolución puede utilizarse como vía de censura.

Este fallo se aplica a nivel internacional, es decir, el deber de Facebook no se limita a la eliminación de contenidos ilegales en Europa, sino que se extiende a nivel internacional, algo interesante y hasta polémico, ya que contrasta con la decisión que este mismo órgano judicial tomó recientemente sobre el tema de Google y el derecho al olvido.

¿Quiere esto decir que Facebook debe controlar y monitorizar de forma activa los contenidos ilegales? En absoluto, el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea no va por ahí, solo establece un deber de eliminación de contenidos ilegales cuando se produzca una petición expresa y debidamente justificada, lo que significa que la conocida red social no tiene actuar cual «policía» rastreando de forma continuada ese tipo de contenidos.

La posibilidad de pedir la retirada de contenidos y de comentarios ilegales en sentido amplio, es decir, aquellos que puedan ser considerados como lesivos para los intereses de una persona (como los comentarios difamatorios, por ejemplo), ha generado una polémica muy marcada que se ha visto agravada por ese enfoque internacional que le ha dado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. No hay duda de que la sentencia del tribunal tiene objetivos claros, como la defensa del honor, por ejemplo, pero abre puertas peligrosas que podrían llevar a un uso indiscriminado con fines, cuando menos, cuestionables.