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SoftBank toma el control de WeWork y aparta definitivamente a Adam Neumann

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SoftBank toma el control de WeWork y aparta definitivamente a Adam Neumann

Hasta hace solo unas semanas, la vida sonreía a Adam Neumann y a la compañía en cuya creación había tenido un papel decisivo y de la que era CEO: We, matriz de WeWork, una startup dedicada a la apertura y gestión de espacios de trabajo compartido, tanto para profesionales como para empresas. Su valoración se había multiplicado desde los 16.000 millones hasta los 47.000 millones de dólares, estaba a punto de salir a bolsa, y los clientes hacían cola para solicitar espacio en sus oficinas.

Hasta que los rumores sobre su pésima gestión y las pruebas de que la compañía quemaba literalmente dinero se convirtieron en un clamor, y la documentación facilitada por la compañía para preparar la salida a bolsa desveló no solo que era una máquina de perder dinero, sino que tenía un modelo de negocio que echó para atrás a los inversores que se habían interesado por comprar acciones de la compañía.

WeWork, un modelo de negocio que quema el dinero

Según ABC, a finales de junio, WeWork contaba con 2.500 millones en metálico, pero en la primera mitad de 2019 había gastado ya 199 millones solo en mantener el negocio en funcionamiento. Además, había invertido 2.360 millones de dólares en nuevos alquileres y diversas inversiones. Esto quedaba compensado por una ronda en la que habían conseguido 3.430 millones de dólares gracias a varias entidades de capital riesgo y también a deuda a largo plazo. De no ser así, la compañía se habría quedado sin dinero a finales de noviembre.

Mientras, los posibles inversores de WeWork cuando saliese a bolsa se preguntaban cómo era posible que una empresa que no era en realidad mas que una compañía inmobiliaria hubiese conseguido una valoración tan alta. No hallaron respuesta, y la valoración de la empresa comenzó a desplomarse, hasta situarse por debajo de los 30.000 millones. Como consecuencia de todo esto, la compañía tuvo que anular su debut en los parqués el mes pasado. Pocos días después, Adam Neumann presentaba su dimisión como CEO, debido a las presiones sufridas para que dejase el puesto.

Para entonces ya era un clamor que WeWork atravesaba por una situación financiera muy complicada. Y los sucesores de Neumann no lo iban a tener nada fácil para sacarla a flote. Artie Minson y Sebastian Gunninghan, que así se llaman los actuales co-CEOs de WeWork, se pusieron manos a la obra de inmediato para tratar de rescatar a WeWork. Para empezar, necesitaban dinero en metálico, y tras anunciar la retirada de su salida a bolsa, contaban con muchas dificultadas para conseguirlo.

Pronto llegaron los recortes, el frenazo a los planes de expansión de la compañía, que actualmente cuenta con presencia en 111 ciudades de todo el mundo. Comenzaron con la venta de alguna de las adquisiciones de la compañía, así como del jet de la empresa (si, tenían hasta un avión privado). Los despidos apuntaban tan severos que podían llegar a la cuarta parte de la plantilla. Además, se anunció el cierre de las divisiones no esenciales de la empresa, como su área educativa, WeGrow. Pero también a apartar de puestos directivos a miembros del círculo familiar e íntimo de Adam Neumann.

Pero todos los movimientos destinados a reducir la ingente cantidad de gastos de WeWork no parecían ser suficientes, y finalmente la compañía tuvo que aceptar que estaba a punto de quedarse sin blanca. Además, Neumann seguía teniendo en su poder una gran parte de las acciones de control de la empresa, lo que hacía que para cualquier operación debía constarse con su autorización. Pronto se hizo necesario pedir ayuda, un mensaje al que respondieron dos entidades: SoftBank y J.P. Morgan Chase.

SoftBank al rescate

La junta directiva de WeWork, tras estudiar ambas ofertas, ha decidido finalmente aceptar el paquete de rescate que le ofrece la compañía japonesa, que pasará a cambio a tener el control del 80% de sus acciones. Además, el acuerdo incluye un plan para apartar definitivamente a Neumann de las decisiones de la empresa. Seguirá formando parte de la junta directiva, pero con un papel secundario y sin voto, y seguirá teniendo un pequeño porcentaje de acciones de la compañía.

Aparte de esto, SoftBank inyectará a We Company, la matriz de WeWork, más de 5.000 millones de dólares de capital para intentar suavizar los problemas para conseguir metálico que atraviesa, además de rebajar su valoración hasta los 8.000 millones. Y pagará a Adam Neumann unos 1.700 millones de dólares para que se aparte del día a día de la empresa, una decisión que ha levantado ampollas tanto dentro como fuera de la empresa. A pesar de las voces en contra, Neumann se quedará con 1.000 millones de dólares por la venta de sus acciones a SoftBank, además de llevarse 500 millones a crédito para que pueda pagar un préstamo de J.P. Morgan. Además, recibirá otros 185 millones de dólares en concepto de tareas de consultoría.

SoftBank también tomará diversas medidas en WeWork. Según Business Insider, recomprará 3.000 millones de dólares en acciones y acelerará una inversión de 1.500 millones de dólares que ya tenía planeada para la compañía. Eso sí, no contará con la mayoría de derechos de votación, por lo que WeWork será considerada una compañía asociada a SoftBank, y no una filial.

Por otra parte, Marcelo Claure, COO de SoftBank, será a partir de ahora quien ocupe el puesto como Presidente que mantenía Neumann desde su dimisión como CEO, y la junta directiva agregará más miembros. En ella, Neumann solo tendrá un papel de observador, lo que le deja definitivamente fuera de WeWork, cuyos actuales directivos y propietarios tendrán que batallar con dureza para sacarla a flote.

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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